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Historia horrorosa en Comodoro Rivadavia

Nena de Bolivia fue esclavizada y abusada por pareja de Comodoro Rivadavia

comodoro

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a 12 años de prisión a Héctor García Martínez, y a 10 años a su pareja, Sandra Nogales Vallejos. Ambos engañaron y reclutaron a una nena de 15 años en Bolivia para encerrarla en una casa de Comodoro Rivadavia, casi esclava. Fueron hallados culpables por trata de personas. Pero Martínez pasará más tiempo en la cárcel por abusar de la chica con acceso carnal.

Ambos condenados son bolivianos. Vivían en un asentamiento ilegal del barrio Moure, extensión Cerro Solo. Él es albañil y chofer repartidor; ella, vendedora de un comercio.

La víctima fue María, analfabeta. Los jueces Pedro de Diego, Enrique Guanziroli y Guido Otranto consideraron que la pareja aprovechó la «situación de vulnerabilidad»para quebrar la voluntad de su madre y convencerla de entregarla.

Cómo llegaron a la niña

La menor fue contactada por la pareja en las calles de Potosí, Bolivia, mientras con su mamá vendían «chicha». Cuando Héctor y Sandra supieron de la «gran tristeza» de la mujer porque otra hija mayor había dejado el hogar, ofrecieron llevarse a María, darle trabajo, ropa, comida y como pago mandarle dinero a Bolivia. A cambio le pedían la autorización legal para cruzar la frontera.

La nena entró a la casa familiar. «Hubo explotación laboral y fue sometida a un maltrato permanente en su vida cotidiana», dice la sentencia. También amenazas. Vivió encerrada, sin permiso para salir. Y le retuvieron sus documentos.

La chica fue rescatada gracias al testimonio de Martha, vecina del barrio San Cayetano, que habló pero por miedo no le dio su apellido a la Policía. Reveló que la pareja que tenía a María vivía con otros cuatro hijos menores. Y que la joven desconocía sus propios apellido y fecha de nacimiento.

Al rescate

De sus padres sólo sabía los nombres. Sin noción del tiempo, no salía nunca. Sólo visitaba a dos vecinos para mirar televisión, constantemente vigilada por los hijos de Sandra y Héctor. Con suerte, a veces quizás deambulaba en el barrio.

A la testigo reservada le costó ganarse la confianza de María. Las primeras respuestas eran «sí» o «no». Hasta que le nena le rogó ayuda para salir de esa casa. «No quería estar más allí porque Héctor le hacía cosas feas cuando Sandra no estaba».

Las autoridades fueron al rescate. La casita señalada por la vecina era precaria, de chapa, dos habitaciones y una cocina. Ni cerradura ni cadena.

Hallaron a María estaba mal vestida para tanto frío. «Desconocía totalmente su situación, estaba angustiada, había que hablarle de manera concreta». Sólo escribía su nombre y apellido.

Les describió los abusos. Limpiaba, lavaba la ropa a mano, cocinaba y cuidaba a los hijos menores. Aunque quería no la dejaban ir a la escuela. A veces la dejaban sin comer, la echaban al patio y ponían llave. Sufrió maltratos físicos de Sandra.

Algunos domingos hablaba por teléfono con sus padres, pero siempre vigilada por el matrimonio. Los nombraba como «sus patrones».

La Policía secuestró documentos de identidad de la menor, anotaciones de pagos por actividad laboral, anticonceptivos, sábanas, fundas y acolchados de la cama de María. También ungiro de Western Union a Bolivia a nombre deFelipa Quispe Villa y Joaquín Chura Paxi, sus padres, por 100 dólares. En casa de una vecina, Ubaldina, se halló la documentación de su ingreso al país. Los condenados estaban radicados desde abril de 2011. María no registraba trámites migratorios. Fue alojada en «La Casa», institución de Comodoro. Tuvo comida, ropa y asistencia psicológica.

El relato de la niña

Según su propio relato,»me trajeron con autorización de mi mamá y de mi papá, en camión viaje con Héctor, Sandra y los niños. Y estuve todo el tiempo encerrada en un cuarto». Le prometieron mil pesos por mes y nunca le pagaron nada. Se lo guardaba Sandra.

«No me daban ropa, me la traje yo de Bolivia; me daban cinco pesos los domingos y me decían que me compre el jabón para lavar la ropa y bañarme pero no me alcanzaba, no tenía shampoo para bañarme».

La chica cocinaba y sus captores lo tiraban a la basura. «No me daban de comer, me trajeron para limpiar y dejaban todo tirado en el piso». No recibían visitas. «Los dos me lastimaron, Sandra me tiraba del pelo, me pegaba y el señor veía y no hacía nada». Esto ocurría cuando los hijos se iban a la escuela». La retaba si no trabajaba.»No me dejaban salir a la calle para ver a alguien, decían que si no volvía me iban a pegar».

Martínez abusaba de ella de mañana, cuando la mujer se iba a su trabajo. Sin cuidarse. «Me ataba las manos cruzadas con una soga a mi cama para que no escapara; yo le decía que no pero me lo hacía igual».

El sujeto le exigió silencio: «Si le contaba me iba a pegar, por eso nunca le conté nada a nadie, ni a la señora».Le bajaba la bombacha en presencia de una bebé en andador, que lloraba. Luego la desataba.Por eso no quería quedarse con él. Si los chicos no estaban en la escuela, les pedía mandados a los grandes y a los más chicos los subía a la camioneta para que jueguen y no lo molesten. Se metía en su cama y le hacía «la cosa fea», según su relato entre lágrimas. Ella pedía que no y Martínez ni contestaba.

Sólo los domingos no había abuso porque Sandra no se iba. La captora le daba pastillas anticonceptivas, todos los días, una de mañana y otra de noche.

Tres días antes

A la médica que la atendió tras el rescate, María le explicó con mucha dificultad que el señor se metía en su cama. Se probó que había tenido sexo apenas tres días antes de la entrevista. Hallaron vello púbico en el cuello uterino.

Además de D., la bebé que nació luego de la llegada de María, la pareja tenía a un varón llamado R., de 11 años; B., en tercer grado, y J., de cuatro años. La nena sólo agregó que quería volver a Bolivia con sus padres. Hubo un acuerdo para que regrese a la escuela, ingrese a un programa de alfabetización y se ayude ala familia para sostener sus estudios. El encierro duró del 5 de abril de 2009 hasta el 30 de octubre de 2011.

Fuente: diario Jornada de Chubut

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