Por el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, Nacional y Arsenal protagonizaron un duelo que no aparecía en los planes cuando comenzó el torneo. Los sorpresivos elencos se vieron las caras en Defensores del Chaco y el mote de favorito para clasificarse entre los cuatro mejores estaba bacante.
Las iniciativas las tomó el combinado de Gustavo Morinigo, a través de la creatividad de Derlis Orué. El oriundo de San Juan Nepomuceno se mostró muy agresivo para comandar la ofensiva guaraní, y asistir a los peligrosos delanteros.
Así, cuando promediaba la etapa inicial, Iván Marcone derribó a Marcos Melgarejo adentro del área y Wilmar Roldán no dudó al cobrar la pena máxima. A pesar de la insólita infracción, el colombiano marcó el punto del penal y le dio la posibilidad al dueño de casa de que se ponga en ventaja. Desde los doce pasos Silvio Torales no pudo con la resistencia de Cristian Campestrini, quien desvió el potente disparo. Un hecho que influyó anímicamente en ambos participantes.
Sin embargo, el mejor hombre del espectáculo abrió el marcador para el dueño de casa. Más allá de la chance que desperdició Federico Freire, enviando un balón por encima del travesaño, los paraguayos se mostraban superiores a los argentinos y Orué fue el encargado de demostrarlo. Con la cara externa de su pie fusiló al arquero visitante y anotó el 1 a 0. A pesar de la conquista, Nacional no se conformó con la mínima ventaja.
En el complemento, la insistencia del local no llegó a buen puerto, dado que la escasa diferencia no significa una garantía para la revancha que se disputará en Sarandí. Igualmente, el hecho de haber mantenido la valla invicta le permitirá a los de Morinigo tener un argumento más para soñar con las semifinales. En tanto, los del «Titán» también mantienen la ilusión de ubicarse entre los cuatro mejores del certamen, ya que necesitan un festejo para igualar la llave. Algo que estuvieron cerca de concretar en el desenlace del espectáculo, pero el destino llevó a que el cabezazo de Milton Caraglio rebote contra el travesaño. El boleto a la siguiente fase está abierto y todavía no posee acreedor.
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