(Comodoro Rivadavia/diario El Patagónico) – No es la primera vez que la escuela es noticia. Tampoco los hechos de violencia en establecimientos educativos son exclusivos del sector, si no que hablan de la realidad que se vive por estos días en distintos colegios de Comodoro Rivadavia.
La semana pasada en la Escuela 723, ubicada en Congreso y Lisandro de la Torre, dos alumnas de 2º año decidieron solucionar sus diferencias con una pelea en la puerta del establecimiento. Sin embargo, la idea se tornó aún más violenta y terminó siendo casi un show para otros alumnos.
La situación preocupa e intervino la Policía Comunitaria, ya que se utilizó un objeto punzante, y alumnos y padres alentaron la violencia, como si se tratase de un accionar válido.
El hecho ocurrió el martes, en el turno tarde, pero se habría iniciado temprano, teniendo continuidad en las redes sociales y desencadenando en el encuentro que fue visto por varios alumnos.
Según pudo averiguar Diario Patagónico, esta vez la situación se vio agravada ya que una de las alumnas, la amenazada, anotició a su hermana, quien estudia en otra escuela, y habría llegado junto a otras compañeras a la puerta del establecimiento. Sin embargo, el grupo desconocía que la otra joven portaba un objeto punzante.
De esta forma, cuando se encontraron afuera de la escuela se generó una tensa situación que fue alentada por otros alumnos y por padres. Así lo confirmó la directora del establecimiento, Liliana Ancalao, quien ayer se refirió a la situación, preocupada por la violencia de los alumnos en general y el entorno.
Es que según contó Ancalao, ese día incluso una madre desde la otra escuela llegó hasta el lugar para acompañar a su hija y una vez finalizado la pelea se habrían retirado.
Por fortuna, en el lugar estaba presente el personal de la Policía Comunitaria, que participa del corredor seguro que se implementó en el sector, con agentes que se acercan al ingreso y salida del horario escolar.
GABINETE PSICOPEDAGOGICO
El incidente no dejó para lamentar heridos y las jóvenes de entre 15 y 16 años fueron sancionadas de acuerdo a lo que permite el Código de Convivencia Escolar. Así, la alumna que asistió con su hermana y otras amigas, recibió tres días de suspensión, mientras que la que portaba un objeto punzante no podrá asistir a clases todos los días, ya que por sus referencias deberá tener un seguimiento del profesor de Orientación y Tutoría hasta que demuestre un cambio. Además, los padres de ambas alumnas fueron citados a la escuela y notificados de sus actos.
Ayer Liliana Ancalao en diálogo con la 100.1 Mhz no ocultó su preocupación ante lo ocurrido: “no hay escuela que se salve de esta violencia que explota en el interior de una escuela”, sostuvo.
“Pero esta es una escuela inclusiva que tiene que hacer todos los intentos, por todos los lugares posibles, para poder remediar y controlar esta situación. Por eso seguimos pidiendo el Gabinete Psicopedagógico que pedimos todos los años, todas las escuelas, para tratar algunas cuestiones que nos exceden, por ejemplo el control de la ira que algunos alumnos necesitarían o el manejo de las emociones, porque cuando los chicos tienen conciencia de que los podemos ayudar acuden a nosotros, al preceptor o al profesor, y se inicia todo un proceso de reflexión y de diálogo”, explicó.
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