Según informó el diario local El Sol, el sindicato de Camioneros aceptó una propuesta del intendente de Quilmes, Francisco «Barba» Gutiérrez, lo que puso fin a una medida de fuerza del gremio, que incluyó la no recolección de residuos por cinco días y el bloqueo con camiones del edificio municipal.
Todo comenzó a raíz de la decisión del intendente de municipalizar el servicio de recolección de residuos en Quilmes luego del 5 de mayo, cuando vence el contrato con la empresa Covelia, muchas veces asociada a la familia Moyano. Los camioneros rechazaron la iniciativa y amenazaron con nacionalizar la huelga. Pero el secretario general adjunto a Camioneros, Pablo Moyano, se excedió en una entrevista radial y encendió la polémica. «Si tiene que haber muertos, va a haber uno, dos, tres», disparó.
Sin embargo, después de varias declaraciones cruzadas y ni un ápice de arrepentimiento de Moyano, hoy habría llegado a un acuerdo. En un comunicado, el municipio afirmó que los camioneros aceptaron el pase del servicio a la comuna a cambio de una serie de compromisos: los trabajadores de Covelia pasarán a ser empleados municipales, tendrá un salario equivalente al actual y se les respetará la antigüedad para el cálculo de las vacaciones.
No obstante, el secretario del Sindicato de Camioneros, Marcelo Aparicio, señaló: «Todavía no nos informaron nada y hasta que no tengamos algo firme el paro no se levanta».
Pablo Moyano había considerado que los 430 empleados de la empresa «quedarán sin laburo», lo cual había sido rechazado tanto por Gutiérrez como por el gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien hoy salió a respaldar al intendente.
«Esas son decisiones del ámbito de los municipios. El sentido del gobierno provincial es estar al lado de los intendentes para facilitar y acompañarlos en sus decisiones», advirtió el mandatario provincial. «La empresa tiene que entender y el gremio tiene que ayudar«, completó.
«Los trabajadores no pierden su puesto de trabajo porque nosotros estamos dispuestos a sumir a todos los empleados de Covelia con salarios acorde a la actividad. Es decir que pasan de una empresa privada a una del estado», había dicho por su parte y más temprano Gutiérrez, un histórico dirigente metalúrgico, cercano al jefe de la CGT oficialista y hoy enemigo de Moyano, Antonio Caló.
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