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Ramacciotti: ¡Disimulen un poco!

El DT de Sportivo Belgrano exclamó esas palabras luego de que Carlos Maglio cobrara el insólito penal que le permitió a Independiente vencer al equipo cordobés: «No es justo, no es justo», repetía sin consuelo

Ramacciotti

Minuto 27 del segundo tiempo. Omar de Felippe manda al campo de juego a Sebastián Penco en lugar de Adrián Fernández en busca de quebrar la paridad del marcador que señalaba Independiente 2 – Sportivo Belgrano 2 y que dejaba al «Rojo» a cuatro puntos de la zona de ascenso. Desesperados ante la posibilidad de quedar otro semestre en la B, los hinchas insultaban a los jugadores.

Minuto 32:18. Penco domina la pelota en la mitad de la cancha, toca para Fredes y éste abre sobre el costado izquierdo para Morel, que toca un par de veces con Pisano quien, a los 32:40, envía el centro que busca la cabeza de Penco. Con la pelota en el aire el delantero lanza un grito que convence al árbitro Carlos Maglio, quien cobra penal sin dudar por lo que consideró como un agarrón de Martorell.

El invento del juez quedó en evidencia porque ni los jugadores de Independiente pidieron penal. La cámara se fue con el banco de Sportivo Belgrano de San Francisco, 17° en la tabla del Nacional B, y allí un incrédulo Carlos Ramacciotti, DT del equipo cordobés, lanzó las palabras que describieron la situación: «¡Disimulá, disimulá un poco!, dijo con mezcla de bronca, de indignación, de sentirse ultrajado mientras su ayudante, de modo irónico, aplaudía al encargado de impartir justicia para los dos equipos.

Todos se preguntaban qué había cobrado Maglio. Si hasta el propio Penco, el jugador que sufrió la supuesta falta, se revolcaba en el piso denotando un supuesto golpe en sus partes bajas mientras el árbitro indicaba un agarrón en el hombro.

Minuto 35:26. Diego Rodríguez, el arquero de Independiente, cambia por gol el penal y el «Rojo» se quedó con un triunfo que lo dejó con vida rumbo al ascenso. En Sportivo Belgrano todo era decepción. «No fue justo, no fue justo», repetía Ramacciotti al término del encuentro. Y, claro, tenía razón: lo de Maglio fue la mismísima injusticia.

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