Con la intención de terminar la temporada de la manera más decorosa posible, Racing recibió a Quilmes en el Presidente Perón. Luego de lo que fue la victoria en cancha de Argentinos, la «Academia» tenía a un rival muy parecido al de La Paternal: un combinado que estaba desesperado por sumar para intentar evitar el descenso.
El esquema cerrado propuesto por Ricardo Caruso Lombardi complicó a una «Academia», que tuvo entre sus titulares a Sebastián Saja y Diego Villar, quienes habían sido unas bajas sensibles para la entidad de Avellaneda.
Las combinaciones entre Rodrigo De Paul, Luciano Vietto y Valentín Viola eran los argumentos más sólidos para que se mueva el marcador. Sin embargo, la falta de decisión en la puntada final favorecía al «Cervecero», que apostaba por la pelota parada y los contragolpes.
En el complemento, los pases entrelíneas de Francisco Cerro también sirvieron para poner en jaque al arco defendido por Walter Benítez. El ex Vélez se encargó de la creación de los ataques, pero la férrea defensa se las ingeniaba para desactivar el peligro.
El tiempo transcurría y la impaciencia de la gente se hacía sentir en el «Cilindro«. Naturalmente, los insultos hacia sus propios jugadores se escucharon con más fervor cuandoGonzalo Ríos aprovechó un rebote del «Chino» y marcó el 1 a 0. La actitud defensiva de«Mostaza» Merlo y la desesperación por la victoria de la visita llevaron a que el triunfo se tiña de blanco.
Ni siquiera la expulsión a Mauro Joel Carli le sirvió a Racing para empatar el partido. La presión de su gente, la carencia de experiencia en la mayoría de sus intérpretes y el sacrificio quilmeño fueron algunas de las razones del resultado del duelo. En el sur del conurbano bonaerense algunos sueñan con mantener la categoría y otros desean fervientemente que termine un campeonato, que fue demasiado ostentoso para un equipo que quiso pelear, pero nunca estuvo a la altura de las expectativas que había generado en la previa.
Fuente: Infobae
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