Un total de 44 homicidios, además de saqueos y disturbios que generaron pánico en la población, se registraron en las últimas 48 horas en Salvador de Bahía desde que la policía militarizada inició hace dos días una huelga que concluyó este jueves por decisión de un tribunal regional.
El Tribunal Regional Federal de la Primera Región (TRF-1) decretó este viernes el fin del paro que sumió en el caos a la ciudad que recibirá seis partidos durante el Mundial de fútbol que comenzará el próximo 12 de junio.
Las asociaciones y dirigentes que promueven el paro, en caso de no acatar la medida, deberán pagar una multa diaria de 1,4 millones de reales (unos 636.000 dólares) y sus líderes podrán tener hipotecados sus bienes como forma de garantizar el resarcimiento al Estado por las pérdidas ocasionadas por la huelga.
A partir de los crímenes, entre ellos dos policías, y los saqueos muchas escuelas, comercios, bancos y universidades permanecieron cerradas.
Para contener la situación, la presidente Dilma Rousseff autorizó el envío de unos 6.000 efectivos del Ejército y de la Fuerza Nacional de Seguridad.
El vicepresidente de la asociación de policías y bomberos (Aspra), Fábio Brito, dijo que el decreto de paralización no terminará con la huelga, que tiene como principal reivindicación un reajuste salarial y la equiparación entre funcionarios activos e inactivos.
«La huelga solo será interrumpida si hay negociación de nuestras reivindicaciones. No sirve de nada querer atemorizar y coaccionar al trabajador con multas absurdas», sentenció.
El gobierno, ante la posibilidad de que los policías federales y militarizados de Brasil realicen huelgas durante el Mundial, entrenó a soldados del Ejército y la Marina para reemplazarlos.
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