Un día después de aniversario de Guerra de Malvinas, la reina Isabel II de Inglaterra viajó a Roma para entrevistarse con el papa Francisco y con el presidente italiano, Giorgio Napolitano.
Tras un almuerzo con el presidente italiano, Isabel II y su marido el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, de 92 años, acudieron con 20 minutos de atraso al Vaticano, donde los esperaba el papa Francisco para una audiencia «informal».
El encuentro entre el Papa argentino y la reina, que es la gobernadora suprema de la Iglesia Anglicana, duró media hora y tuvo lugar en un estudio privado situado cerca del aula Pablo XVI, y no en la Biblioteca del palacio apostólico, donde suele recibir a los jefes de Estado y de Gobierno.
Como lo había anticipado el Palacio de Buckingham, la reina llegó vestida de lila y no de negro ni con velo como manda el protocolo. Isabel II y el Sumo pontífice hablaron en privado durante 17 minutos antes de pasar al tradicional intercambio de regalos.
Francisco le entregó a la soberana una esfera de lapislázuli con una cruz de plata engarzada islázuli como regalo para su primer bisnieto, Jorge, hijo del príncipe William y Kate Middleton. Asimismo, el papa regaló a la reina un facsímil del decreto de canonización de San Eduardo «El Confesor», rey de Inglaterra entre 1043 y 1066.
La Reina, por su parte, le regaló a Francisco una canasta con productos ingleses y frutos de sus propiedades como miel, jugos, carne y whisky.
Desde la coronación de Isabel II, el 2 de junio de 1953, siete papas estuvieron al frente de la Iglesia Católica: Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Isabel, de 87 años, tenía previsto visitar Roma el año pasado, pero tuvo que suspender el viaje tras ser hospitalizada por un problema estomacal.
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