Desde ayer El Calafate tiene un monumento que recuerda a los muertos en la guerra de las Malvinas y homenajea a los sobrevivientes.
Al cumplirse 32 años del desembarco de las tropas argentinas en ese archipiélago, el Municipio calafatense realizó la ceremonia anual, que en esta ocasión contó con el agregado de la inauguración de un monumento.
Hasta ahora la guerra era recordada en El Calafate por una calle de ripio de una sola cuadra, casi sin tránsito vehicular, ubicada frente al escuadrón de la Gendarmería y un pequeño cenotafio que recordaba al sargento Víctor Samuel guerrero, fallecido en combate.
Pero este año se comenzó con la obra del “Anfiteatro del Bosque”, que consiste en unir las dos manzanas que dividía la pequeña calle, por lo que tanto la callecita como el pequeño monumento fueron desafectados.
A cambio, el Municipio encargó a un artista plástico de la localidad que levantara una escultura en una plazoleta ubicada entre la avenida principal y el paseo costero, para terminar de darle forma al proyecto de la plaza “Héroes de Malvinas”.
Mientras tanto, la calle fue renombrada en otro sector de la ciudad, frente a viviendas de familias de gendarmes locales.
Mauro Stefanazzi ideó la imagen de la libertad con una mujer de torso al descubierto, con rostro de rasgos indígenas, sosteniendo en una mano la constitución nacional y en la otra, una lanza.
La figura, de casi tres metros de altura, se ubica por delante de dos murales metálicos con la imagen de las dos islas.
El mural y la figura en cemento fueron descubiertos en el mediodía de ayer por el intendente de la ciudad, Javier Belloni y un grupo de ex combatientes que fueron invitados a la ceremonia.
El monumento fue bendecido por el obispo Miguel D’Annibale, quien se encontraba ayer en El Calafate cumpliendo una jornada de oración con un grupo interno de la Iglesia Católica de esta ciudad.
Sobre la base del monumento y como parte de la ceremonia, dos ofrendas florales fueron colocadas: Una por parte del Municipio y otra por parte del Centro de Residentes Norteños de la localidad.
El acto que recordó los 32 años de la guerra de las islas Malvinas se realizó en El Calafate en un mediodía de sol, sin viento y con un marco de numerosas banderas de ceremonia de escuelas, fuerzas de seguridad, instituciones oficiales y clubes deportivos, entre otras.
En el medio de los pasos protocolares, el acto también tuvo sus toques artísticos. Alumnos de la Escuela Primaria Nº 80 acompañaron al Himno Nacional con lenguaje de señas.
Después, alumnos de la Escuela Primaria Nº 73 bailaron y cantaron en contra de la guerra y a favor de la paz, con una modalidad de danza contemporánea. Vestidos de negro y con sus pequeños rostros pintados con los colores de la bandera argentina, los pequeños fueron los encargados de otra manifestación artística.
Este año el discurso fue dado por un ex funcionario municipal de El Calafate, que hace 32 años era parte de la Fuerza Aérea Argentina, el primer teniente Julio Carrizo.
El arquitecto basó sus palabras en el acompañamiento civil que tuvo esa contienda bélica. “Quiero hacer mi homenaje a la población civil de esta provincia que en esas horas estuvo al lado de los combatientes, sufriendo su desolación, poniendo en riesgo su seguridad y su confort para acompañar con su presencia física, con sus bienes, con su tiempo, esta gesta que sentían tan propia como deberían haberla sentido todos los argentinos”, dijo.
Recordó que luego de la gesta vendría “el silencio, el sentirnos engañados, el darnos cuenta que habíamos sido utilizados por un poder en retirada de la forma más vil”.
Pero rescató que esa guerra puso de manifiesto el sentimiento nacional, “que estaba más allá de cualquier interés sectorial, corporativo o político, y que se mostró en ese particular momento de nuestra historia reciente. Es lo que a mi juicio debemos rescatar y preservar”.
(La Opinión Austral – Santa Cruz)
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