Una foto publicada en las redes sociales permitió que Daniel Vera pudiera encontrar a su madre, a quien no veía desde hace 36 años, cuando su padre lo trajo a Catamarca con apenas dos años de edad.
La sorpresa para Daniel fue inmensa. Luego de haber publicado la foto de su padre en facebook, alguien se contactó con él para decirle que su madre biológica, que vive en Balcarce, provincia de Buenos Aires, también lo buscaba.
«Siempre pensé en ella, cómo sería, dónde viviría, sabía que tenía familiares en Buenos Aires, pero todo quedaba en eso. Por eso, cuando me llamaron para decirme de mi madre no lo podía creer», expresó emocionado Daniel.
Recientemente el reencuentro se hizo realidad, Daniel viajó a reencontrarse con su madre Zulema y tuvo un recibimiento que nunca imaginó: varios carteles le dieron la bienvenida y conoció a varios de sus hermanos, sobrinos y demás familiares en la terminal de ómnibus de Balcarce.
Cuando Daniel se separó de su madre era muy pequeño, pese a los años y estar lejos de ella, dijo que no guarda reclamos, “mis padres se separaron por cosas de grandes que los niños no podemos entender, y me alejó de mi madre, pero nunca tuve reproches aunque sí las ganas inmensas de conocerla. Cuando la llamé por teléfono la primera vez no lo podía creer, fue una sensación que no puedo describir, muy fuerte. Estoy muy contento”.
Daniel tiene sus hijos y esposa catamarqueños, trabaja en una playa de estacionamiento céntrica y durante meses no tuvo descanso para poder juntar el dinero que le permita, finalmente, encontrarse con su madre.
«Quedamos en volver a vernos, estuve varios días allá, conocí al resto de mi familia y mis hermanos. Acá (en Catamarca) tengo hermanos por parte de padre, así que ahora se suman mis otros hermanos. Yo vine muy pequeño a Catamarca, mi papá rehizo su vida y su esposa me trató siempre como un hijo más, no tengo nada que decir sobre mi crianza. Mis padres habrán tenido sus motivos, ellos sabrán lo que pasó, lo importante es que volví a encontrar a mi madre biológica», manifestó, con indisimulada alegría Daniel.
Luego del reencuentro quedó la promesa que no ésa no será la última vez y, además, desde entonces mantiene un contacto fluido con su madre.
(Diario El Ancasti)
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