Los testimonios que comprometieron a Amado Boudou en el caso por la venta de Ciccone Calcográfica fueron declarados válidos por el juez federal Ariel Lijo, al rechazar pedidos de nulidad de la defensa del vicepresidente.
En otra resolución que también firmó el juez, apartó de su rol de querellante en la causa a Nicolás Ciccone, uno de los dueños de la empresa, tal cual lo pidió el abogado Diego Pirota.
Es que la fiscalía a cargo de Jorge Di Lello había pedido las indagatorias no sólo de Boudou, y su socio y amigo José María Nuñez Carmona, sino también de los Ciccone y de su yerno, Guillermo Reinwick.
Nicolás Ciccone y Reinwick testificaron el año pasado ante el juez que al menos en dos encuentros por la negociación de la venta de la ex Ciccone Calcográfica Boudou estuvo presente y se interesó por el proceso.
El primer encuentro, según aseguraron, fue en los estudios de Telefé cuando el vicepresidente concurrió a un programa y el segundo en un restaurante de Puerto Madero, algo que Boudou niega.
Incluso Boudou insiste en negar que tenga algún tipo de relación con Alejandro Vandenbroele, el titular de The Old Fund, el cual adquirió Ciccone y a quien su ex mujer, Laura Muñoz, sindicó como «testaferro» del vicepresidente.
«Este tribunal estima que la resolución del 3 de diciembre de 2013, y los actos procesales que de ella se derivaron, no son nulos porque no provocaron un perjuicio irreparable para el imputado que conculque alguna garantía constitucional», salvaguardó Lijo en su resolución.
Por otra parte, advirtió que «es tarea propia de la magistratura velar por la seguridad de los testigos que expresaron temores y así se procedió al darle intervención al Ministerio de Justicia de la Nación para que evaluara la situación concreta».
El vicepresidente se había presentado ante Lijo a comienzos de febrero para afirmar que se encontraba «a disposición de la Justicia» y había pedido «una actuación rápida y con celeridad» para «esclarecer lo antes posible» su situación en la causa.
Días más tarde, Boudou recalcó en su cuenta de Twitter: «No hay ninguna prueba en mi contra. No sé de qué me acusan. No sé de qué estoy imputado. Yo voy a seguir dando la cara siempre. Como hice la semana pasada para decir acá estoy».
La causa judicial investiga la supuesta intervención del vicepresidente en la venta de la ex Ciccone, luego de avalar como ministro de Economía el levantamiento de la quiebra que pesaba sobre la empresa dedicada a la impresión de billetes.
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