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Kicillof: «En el país no hay graves problemas económicos»

El ministro de economía, Axel Kicillof, advirtió que en la Argentina «no hay problemas económicos graves» y consideró que el país enfrenta «desafíos, dificultades y necesidades» pero no grandes inconvenientes como en otras épocas de la historia nacional.

Kicillof prensa

Al referirse a la inflación, el titular del Palacio de Hacienda dijo que la metodología del nuevo Índice de Precios del INDEC se encuentra entre los más altos estándares internacionales, al tiempo que es «el mejor» en términos de cobertura que ha tenido el país. 

«El nuevo IPC tiene una metodología que se encuentra entre los máximos estándares internacionales. El FMI entre otros tantos organismos extranjeros y nacionales ha participado en la elaboración de este índice. Es muy riguroso en términos de método. La recopilación de datos nos lleva todo el mes, a diferencia de estos consultores que compiten a ver quién tiene el índice más alto», calificó.

El economista, en cambio, fustigó a las consultoras económicas privadas, como Buenos Aires City -que conduce la ex integrante del INDEC Graciela Bevacqua– que dijo que en enero la inflación había sido del 6 por ciento y este mes (por febrero) dice que es de 3,1 por ciento.

«(Roberto) Lavagna dijo que la inflación de febrero fue del 5 y (Carlos) Melconian, que fue del 4 por ciento. Es un dado que tiran al azar, que da del 1 a 6 por ahora. Forman parte de esta campaña. Hay una fuerte dispersión entre los indicadores, que no están desagregados. Es porque no tienen la menor idea qué pasó», sentenció el ministro.

No obstante, el titular de Hacienda admitió que en enero hubo una fuerte variación de precios, pero aclaró que el Gobierno lo reconoció al publicar el indicador del 3,7 por ciento para ese mes.

También se refirió al programa Precios Cuidados: «Formó parte de los blancos de los ataques mediáticos y los economistas opositores y ortodoxos. Lo han atacado pero no han conseguido que fracase y que la gente se sienta decepcionada. No es un programa de control de precios sino un acuerdo con empresas productoras y comercializadores, y lo que le queda al gobierno es velar por su cumplimiento», enfatizó.

«La clave de que el programa sea exitoso es que la gente participa exigiendo que el acuerdo se cumpla», dijo.

Sobre la reunión que el gobierno mantuvo recientemente con representantes de la UIA, el funcionario dijo: «Nos llevamos una sorpresa. Fue muy cordial a diferencia de otras reuniones que yo presencie donde aparecen quejas y reclamos. Encontramos algunos puntos de contacto entre la agenda del gobierno y las empresas nucleadas en la UIA».

En ese sentido, recalcó: «Necesitamos del sector industrial que en lugar de andar quejándose de los impuestos, pongan sobre la mesa sus propios deberes y obligaciones y en lugar de la especulación se dediquen a la inversión».

Por otra parte, consultado por el dólar ilegal dijo que «tiene mucho poder simbólico y cultural». «Parece que la fijación de ese precio está cartelizada, que no es un mercado transparente. No está en mí decir cómo se va a mover la cotización de un mercado ilegal», agregó.

Por último, Kicillof afirmó que el frente cambiario «está bastante estabilizado» con las nuevas estrategias dispuestas por el Banco Central y cuestionó con dureza a la oposición, a la prensa y a los economistas que «intentan sembrar el pánico» sobre una «hecatombe económica».

En ese sentido, afirmó que las reservas del BCRA rondan los 27 mil millones de dólares. «Hoy Argentina tiene 3 veces más reservas que en el 2001. Hay un fetichismo de las reservas porque hay que ver cuando crecen y por qué» y agregó: «Nos tienen un poco acostumbrados de generar sensación de catástrofe económica, diarios opositores, no pocos economistas y, claro, la oposición. Lo que hay en nuestra economía son complejidades, dificultades y desafíos, no son problemas», sostuvo el ministro en declaraciones a Nacional Rock.

Así, el funcionario contra periodistas, opinólogos y economistas que en enero vaticinaron que faltaban pocos días para «la hecatombe» y luego en lugar de hacer una autocrítica y pedir disculpas por sus mentiras, «metieron el violín en la bolsa y se escondieron debajo de una baldosa para esperar otra ocasión para hacer sonar la trompeta del Apocalípsis».

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