Los partidos se suceden y el destino de Racing asoma cada día más oscuro. No solo porque los resultados le siguen dando la espalda sino porque eso es una consecuencia lógica de su juego. El equipo de Reinaldo Merlo volvió a defraudar y cayó 1 a 0 como visitante ante Lanús. De esta manera, sumó su quinto encuentro sin victorias, con cuatro derrotas y un empate, se ubica penúltimo en el Torneo Final y podría quedar en el fondo si Quilmes vence el jueves a Arsenal.
Desde temprano quedaron muy claras las intenciones de unos y otros. Lanús se plantó en territorio rival y mostró un manejo prolijo del balón, aunque en los últimos metros tenía problemas para encontrar la llave para abrir la cerrada defensa de la Academia, que limitaba su trabajo a cuidar su arco y neutralizar a su rival, sin pensar que en el otro extremo de la cancha había otra valla.
Era evidente que, en el ámbito de los merecimientos, el Granate inclinaba la balanza para su lado y el gol empezaba a merodear las cercanías de Sebastián Saja. A los 20 minutos, tras un centro de Fernando Barrientos, Esteban Saveljich perdió la marca de Ismael Blanco, pero el atacante no alcanzó a tocar frente al arco.
Siete minutos más tarde, finalmente llegó el grito, con una pizca de colaboración de la última línea visitante. Ismael Blanco y Jorge Pereyra Díaz se encontraron en la entrada del área, la maniobra se ensució pero la defensa no pudo despejar y el balón derivó en los pies de Fernando Barrientos, quien había avisado un minuto antes con un bombazo que había chocado con el travesaño. El mediocampista probó desde afuera del área y encontró una floja respuesta de Saja, quien no pudo evitar que el remate terminada descansando en la red.
Apenas habían transcurrido 60 segundos del complemento cuando Saja debió volar para enviar al córner un derechazo de Pereyra Díaz, como si el equipo de Guillermo Barros Schelotto quisiera trazar una continuidad con respecto al primer capítulo y no permitir que el panorama cambiara.
La pobre expresión de su equipo y la necesidad de buscar al menos el empate llevó a Reinaldo Merlo a probar con Valentín Viola y Rodrigo De Paul (en lugar de Gastón Campi y Diego Villar) para modificar esa propuesta extremadamente conservadora que había exhibido. Si bien las respuestas no fueron mágicas, al menos la Academia planteó un partido más parejo, aunque todavía lejos del área.
Recién a los 24 minutos Agustín Marchesín debió revolcarse: De Paul trepó por la izquierda y encontró en el primer palo a Luciano Vietto. El delantero anticipó a Paolo Goltz, pero a su remate le faltó potencia y terminó en las manos del arquero del Granate.
Así, los minutos se diluyeron entre algún contragolpe de Lanús y la impotencia de Racing para torcer un presente que lo encuentra demasiado lejos de lo esperaban sus hinchas cuando comenzó el torneo y los sueños eran de campeonato.
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