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River se recuperó con una victoria ante San Lorenzo en Núñez

El conjunto dirigido por Ramón Díaz se impuso por 1 a 0, en el Monumental, con gol de Teófilo Gutiérrez, a los 20 minutos del primer tiempo. Con este resutado, el «Millonario» dejó atrás dos derrotas consecutivas.

Teo Cavenaghi

River mostró su mejor versión en lo que va del año, pero tuvo una caída de tensión en los últimos 25 minutos que lo llevó a esperar el final del partido con las ansias con que los trabajadores aguardan en diciembre la llegada de las vacaciones.

Terminó apretado y con temores, una imagen ajena a lo que fue la mayor parte del clásico. Un clásico en el que River jugó con autoridad y decisión.

Y en el que un poco por su falta de puntería y otro porque durante buena parte del segundo tiempo pareció olvidarse de que enfrente tenía un arco, lo dejó con vida a un San Lorenzo al que dejó crecer innecesariamente en el tramo final. De todos modos, el partido quedó en manos del que más lo buscó y del que tuvo las mejores individualidades.

En la previa, pareció temerario que Ramón Díaz lo pusiera como lateral derecho a Augusto Solari, un mediocampista con escaso poder de marca. El rival era uno de los que mejor ataque tienen en el fútbol argentino, pero Solari terminó cumpliendo porque San Lorenzo exigió a River muchísimo menos de lo imaginado, en especial en aquel primer tiempo en el que al local lo aplaudieron como se aplauden las obras de teatro que atrapan y gustan: de pie.

Tímido y desconocido, San Lorenzo se paró con tres mediocampistas de contención: Mercier, que muchas veces se ubicó en medio de los dos marcadores centrales, Kalinski y Ortigoza. Pero River le dio un traslado prolijo a la pelota, tuvo la movilidad y la precisión que suelen faltarle, y en su segunda llegada clara anotó el gol que le dio la victoria.

Un golazo, en realidad. Ledesma tocó para Cavenaghi, el capitán habilitó a Carbonero con un taco que más que taco fue una acción lujosa y el centro del colombiano fue conectado a la red por TeoGutiérrez.

La superioridad de River se sostuvo a partir de la seguridad de Maidana, del muy buen partido de Ledesma, del acompañamiento de un Rojas que jugó un primer tiempo como para ganarse la titularidad, del valioso aporte de Carbonero para romper líneas en ofensiva y de la peligrosidad del tándem Cavenaghi-Gutiérrez. Entre el palo derecho, que devolvió un tiro de Teo después de una jugada brillante del delantero dentro del área, y Torrico, que le tapó un mano a mano a Lanzini, impidieron que River se fuera al descanso con la ventaja de dos goles que merecía.

El ingreso de Romagnoli por un desconocido Mercier le cambió la cara a San Lorenzo, que de a poco se fue dando cuenta de que River comenzó a perder el control del desarrollo.

River empezó a sentir que el juego se le comenzaba a volver una carga larga y pesada.

Teo eludió a Torrico pero cuando iba a anotar se la sacaron. Tras esa jugada, River se desanimó y San Lorenzo creyó que podía. Entró Matos por Correa y luego Navarro por Piatti, apagado como varios de sus compañeros. Una subida de Valdés estuvo a punto de terminar en gol de Blandi, pero las más claras le volvieron a pertenecer a River.

Teo erró un cabezazo imposible y Torrico le volvió a ganar a Lanzini.

A San Lorenzo le quedará la sensación amarga de saber que cuando se animó lo puso en aprietos a River. Y River se fue sabiendo que puede, pero también que para pelear arriba deberá conseguir una regularidad en el juego y, sobre todo, jugar fuera del Monumental con la misma personalidad con que lo hace en su casa.

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