En River se viven tiempos de tempestad. Es que no sólo el equipo está teniendo un muy pálido desempeño (a tal punto que la segunda caída al hilo despertó la furia de Ramón Díaz para con sus dirigidos), sino que además había secuelas extrafutbolísticas. Esto se debió a que la derrota de local frente a Godoy Cruz por la tercera fecha del Final, no solamente dejó el ‘mal sabor’ del resultado, sino además la latente posibilidad de una sanción por arrojar un ‘maderazo’ que impactó en la espalda de Leandro Grimi cuando festejaba junto a sus compañeros el segundo tanto del elenco mendocino.
Ante la muy probable chance de que le clausuraran el estadio, la dirigencia del ‘Millonario’ se movió con gran rapidez para identificar al agresor y así lograr que el castigo no fuera tan ‘duro’. Esto se logró y Walter De Marco fuer el señalado como el ‘culpable’, a quien se le aplicó el derecho de admisión y se avisó que será expulsado del club.
Como consecuencia de esto, el organismo de Seguridad se tomó un pertinente lapso para determinar si le aplicaba una sanción más leve, gracias a la predisposición de la Comisión Directiva. Y esto finalmente sucedió. Es que este miércoles se confirmó que los de Núñez podrán utilizar su estadio (se evaluaba hacerlo mudar a la cancha de Vélez) para recibir el domingo desde las 18.15 a San Lorenzo, aunque no podrán utilizar la totalidad del espacio.
La Seguridad determinó que se clausurarán las plateas Sívori media y baja (desde donde se estima que salió el proyectil) debiendo ser reubicados los socios que ya tenían el derecho de ingresar a ese sector. Pero ésa no fue la única determinación. Es que además se le puso a la ‘Banda’ cuatro condiciones para comenzar a cumplir luego del duelo ante el ‘Ciclón’: instalar reguladores de agua, colocar tensores en el alambrado perimetral, instalar cámaras de alta definición (HD) en las dos cabeceras y reemplazar las butacas de madera por asientos de plástico antes de fin de año.
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