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La detección temprana puede salvar al 90% de los bebés con cardiopatías congénitas

Afectan a 8 de cada mil recién nacidos. Cómo prevenir.

cardiopatia infantil

En el mundo, las cardiopatías congénitas afectan a 8 de cada mil bebés cada año y más del 90 % puede llegar a la vida adulta gracias al diagnóstico prenatal y a los tratamientos posteriores.  En Argentina son más de 7.000 los niños que nacen anualmente con estas patologías,  “sin embargo, si son diagnosticadas precozmente, se pueden tratar y el porcentaje de éxito es superior al 90 %”, según explicó el Dr. Rubén García,  Jefe de Cirugía Cardiovascular Pediátrica de la Fundación Favaloro.

En la Argentina, el 70%  de los más de 7000 bebés que nacen con algún tipo de cardiopatía congénita, requieren  de cirugías.  El 50% de estas intervenciones  son de alta complejidad y el 25% deben operarse antes de los 28 días de vida, según cifras oficiales. Según Chicco y Aiutare i Bambini, “a nivel mundial, la incidencia de cardiopatías congénitas oscila entre 4 y 9 casos por cada 1.000 recién nacidos vivos”. De acuerdo  a las estadísticas internacionales, en el mundo aparecen 1,5 millones de casos nuevos cada año.

Las cardiopatías representan casi la mitad de todas las malformaciones fetales y, si bien no se conoce con certeza la causa que determina el desarrollo de la enfermedad,  sí hay predisposición a que aparezca cuando existen asociaciones genéticas, como por ejemplo antecedentes familiares con cardiopatías. También puede estar relacionado con infecciones o uso de drogas o medicamentos no permitidos durante el embarazo, ya que son situaciones que pueden alterar el desarrollo del corazón del bebé.

El doctor García se refirió a las  cardiopatías como  “problemas en la estructura y funcionamiento del corazón debido a un desarrollo anormal del órgano; y son congénitas porque ya están presentes al momento de nacer. La malformación más frecuente en nuestro país es la abertura de la pared que divide las dos cavidades inferiores (ventrículos) del corazón, que se forma en las 4  primeras semanas del embarazo”.

Hoy, los avances médicos y tecnológicos posibilitan que un 90 % de estos niños llegue a la edad adulta, gracias a diagnósticos prenatales y a diferentes estudios que fueron perfeccionándose con el tiempo. De todas maneras, la problemática sigue vigente y los índices de mortalidad infantil son altos.

A raíz de esta problemática, Chicco, la marca líder a nivel mundial en productos para niños de 0 a 3 años, con el apoyo de Fundación Favaloro, lanza por primera vez en la Argentina “Chicco di Felicità”, la campaña que tiene como finalidad ayudar a niños que padecen cardiopatías congénitas,  y que carecen de recursos que posibiliten la atención inmediata.

Con la compra de una pulserita solidaria de la campaña Chicco di Felicitá, y gracias a la colaboración de profesionales de la Fundación Favaloro, se podrá ayudar a la fundación Aiutare i bambini a que realicen en todo el mundo cardiocirugías pediátricas para corregir cardiopatías en niños que, de lo contrario, no llegarían a cumplir un año de vida. La pulserita tendrá un valor de $30 y, a partir de febrero,  podrá conseguirse en todos los Baby Shops y farmacias más importantes del país.

Un caso real

Ramiro hoy es un nene de tres años que lleva una vida normal gracias a la intervención quirúrgica que salvó su corazón. Cecilia Almeira, mamá de Ramiro Erbes, contó que: “cuando nació nos dijeron que tenía un agujerito en el corazón; lo dejaron en terapia intensiva pero iba pasando el tiempo y el nene no se recuperaba, estaba cada vez peor, hasta que después de dos meses nos desahuciaron, nos dijeron que no iba a vivir”. Desesperados, acudieron a Fundación Favaloro como último recurso, guiados por la esperanza de ver mejor a Ramiro. Allí no tardaron en brindarle asistencia, lo intervinieron con sólo el 30% de probabilidades a favor y, venciendo todos los obstáculos, el nene salió bien de la operación. Agradecida, la familia explicó:” “hoy Ramiro está perfecto, sigue con los controles pero no toma ningún remedio y lleva una vida normal”.

Otro ejemplo de vida es Thiago Pereira, un bebé de 9 meses que goza de excelente salud a pesar de haber nacido con una cardiopatía congénita. Su padre, Omar, relató que con un pronóstico de sólo horas de vida, acudieron a la Fundación, donde fue operado a los dos días. Hoy, Thiago “está perfecto, no le quedó ninguna secuela, hace una vida normal”, relató Omar.

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