No era para menos: después de haberse consolidado en la pantalla del Grupo Clarín, Miceli decidió migrar a Canal Siete donde mantuvo, en el último tiempo, una relación tensa con la producción, que traspasó la pantalla en el recordado cruce con el líder de La Cámpora. Entrevistado por este portal, explicó que «no toda orden de un jefe de redacción es aceptable, pesa la libertad de conciencia«.
Sin embargo, el conductor se mantuvo en frío para analizar la situación actual de la libertad de expresión en la Argentina. «Libertad para decir lo que uno quiere, existe, sí», dijo y continuó: «El tema no es si hay libertad sino si se puede trabajar ejerciendo esa libertad«.
«Yo tuve represalias por ejercer mi profesión con libertad, al punto de que me tuve que ir del canal», explicó. Miceli, analizó que «quizás mi caso quedó, involutariamente, como un caso testigo de lo que está pasando en todo este debate sobre los medios públicos y privados».
Consultado por Perfil.com, sobre si trabajaría nuevamente en el Grupo Clarín, Miceli prefirió no caer en respuestas rotundas y afirmó que «el tema no es dónde, sino con qué libertades se puede ejercer el trabajo«. Luego, el periodista reflexionó que «estamos en una situación inédita del periodismo argentino donde se cruzan intereses, operaciones políticas, ideologías, se cruza todo».
En esa línea, Miceli llamó a todos los periodistas a la reflexión: «Hay que empezar a pensar cómo salir de acá porque este ciclo ya se está agotando, hay que sentarse entre los colegas a pensar cómo salimos de esto».
Comentarios