Lozano, obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, planteó que Molina «tiene cualidades y conoce el problema de la calle». Si bien admitió que nunca lo ha hablado con él, celebró su designación en esa secretaría porque «presenta una experiencia en el trato con los adictos».
«Tiene sensibilidad y las cualidades de estar cerca del problema», remarcó el obispo en declaraciones a radio Mitre, al tiempo que aclaró que la Iglesia no fue consultada sobre la designación, en línea con lo expresado el viernes por el Obispado de Río Gallegos.
Esa Diócesis había indicado que Molina «asume esta tarea a título personal, por la larga experiencia que tiene en el campo del trabajo con jóvenes que han caído en el flagelo de la droga, pero no lo hace ni en nombre ni en representación de la Iglesia Católica».
El Obispado de Río Gallegos aclaró que el sacerdote Juan Carlos Molina solicitó al obispo diocesano Miguel Ángel D Annibale que «le retire las licencias ministeriales para el ejercicio público del ministerio sacerdotal, a fin de poder asumir el cargo que se le ofrecía».
Jorge Capitanich anunció en Casa Rosada su nombramiento a menos de un mes de que la Iglesia difundiera un documento en el que denunció el avance del narcotráfico y la acefalía en la Sedronar.
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