Según una encuesta privada, el 99,8% de los conductores ignora esta señal de tránsito. Esta cifra incluye a los conductores particulares y también a los profesionales: taxistas, colectiveros y camioneros. El comportamiento de los conductores en las esquinas sin semáforo refleja el poco aprecio por las normas de seguridad vial.
“La señal de PARE no se respeta nunca y en los casos en que los conductores disminuyen la velocidad al llegar a la esquina, lo hacen, en general, en cruces con alta circulación vehicular, salvo que exista algún elemento externo que lo motive (como una cuneta o un lomo de burro), pero no por la señal de PARE”, explicó Alberto Silveira, de Luchemos por la Vida.
La ONG observó el comportamiento de 486 conductores particulares y profesionales en cinco barrios de la Ciudad. Ante la señal de PARE el 100% de los vehículos siguieron su marcha, sin bajar la velocidad ni detenerse. Igual que los conductores de camiones, camionetas y colectivos. Mientras que el 99% de los taxistas también ignoraron el cartel rojo.
Otro comportamiento que fue registrado por Luchemos es el de la prioridad de paso del que viene por la derecha. El artículo 41 de la Ley de Tránsito –número 24.449– especifica que “la prioridad del que viene por derecha es absoluta”, y solo se pierde ante contadas excepciones. De un total de 754 vehículos observados, el 60% de los particulares ignoraron la norma; el 63% de los taxistas también; igual que el 76% de los conductores de camionetas y colectivos; y el 90% de los colectivos.
Todos estas cifras son refrendadas con la simple observación de cualquier esquina porteña. Por caso, una de ellas es la de Juncal y Basavilbaso, en Retiro. Un auténtico muestrario de todo lo que no se debe hacer. Sobre Juncal suben –desde la estación de trenes hacia 9 de Julio– cuatro líneas de colectivos, los coches estacionan en 45° –viniendo por Basavilbaso, esto dificulta la visión– y hay una escuela primaria. Las prioridades no se respetan ni siquiera cuando los chicos salen de la escuela. Ahora, después de muchos reclamos de los vecinos e incluso de los directivos de la escuela, que es municipal, colocarán semáforos.
“Se termina recurriendo a los semáforos, que son muy costosos. En los países en los que hay un alto nivel de educación vial, por el contrario, cada vez hay menos semáforos; en muchos casos, son reemplazados por rotondas o por carteles de STOP. Nuestra Ley de Tránsito también es muy clara, lo que sucede es que nos afecta desde el punto de vista cultural, el desapego por las normas, y la falta de educación”, opinó Fabián Pons, del Centro de Seguridad y Experimentación vial (CESVI). En esta empresa procesan información en siniestros de 31 compañías de seguros. “Sabemos que en la Ciudad el 62% de los siniestros se registra en bocacalles. Y uno de los principales problemas es el respeto a la prioridad de paso. Si hubiera educación, controles y sanciones, se bajaría mucho la cantidad de choques”, aventura Pons.
Finalmente Luchemos por la Vida observó el respeto por la prioridad de paso del vehículo que quiere girar (216 casos): el 53% de los particulares no respetaron y el 54% de conductores profesionales, tampoco. La ley indica que tienen prioridad de paso aquellos vehículos que están circulando, por sobre los que quieren ingresar a la vía de circulación.
Apoyado en lo que revelan los números, Silveira analiza que “en los cruces no prevalece la jerarquía legalmente instituida, sino que los conductores establecen una jerarquía de hecho. Un orden instituido por la experiencia y la percepción del riesgo. La prioridad de paso es cedida, en la mayoría de los casos, a los vehículos percibidos como más grandes o más peligrosos. Los conductores no registran la ley como el orden a seguir”.
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