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Se suicidó uno de los represores de la dictadura chilena

Estaba alojado en una cárcel VIP cuyo cierre era inminente, después de que se descubrió que se celebraban fiestas lujosas en él. El genocida se quitó la vida durante un permiso de salida.

El penal Cordillera cuenta hasta con una piscina para los 10 represores alojados allí.
El penal Cordillera contaba hasta con una piscina para los 10 represores alojados allí.

El general retirado del Ejército chileno Odlanier Mena, exdirector de la Central Nacional de Informaciones (CNI) de la dictadura militar, uno de los 10 reos que iban a ser trasladados de cárcel, se ha suicidado de un disparo en la sien.

Según fuentes policiales, el represor, de 87 años, se encontraba en su domicilio gozando de un permiso de fin de semana, cuando decidió quitarse la vida.

El ex jefe castrense había sido condenado a seis años de cárcel después de que la Justicia lo declarara culpable en 2009 de la muerte de tres socialistas cuando el militar era, en tiempos de la dictadura, comandante del regimiento ‘Rancagua’ de Arica, en el extremo norte del país, en el caso conocido como ‘Caravana de la Muerte’.

Odlanier Mena, que dirigió la CNI, organismo represor que sucedió a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la primera policía secreta que lideró el general Manuel Contreras, había salido el viernes y debía retornar al penal la noche de este domingo.

Tanto Mena como Contreras, además de otros ocho ex jefes militares represores, iban a ser trasladados en cualquier momento a la cárcel de Punta Peuco, un penal especialmente habilitado en 2005 en el norte de la capital chilena, donde se encuentra la mayoría de los militares encarcelados por violaciones de los derechos humanos.

El presidente, Sebastián Piñera, anunció el jueves el cierre del penal Cordillera, en Santiago, donde permanecen los oficiales retirados en condiciones privilegiadas.

Piñera se vio obligado a efectuar el anuncio después de la polémica desatada por la celebración de una barbacoa dentro del presidio, con la que se pretendía conmemorar al militar en retiro Miguel Krassnoff, perteneciente a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) durante el Régimen Militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

La cárcel Cordillera está ocupada por ocho generales y dos coroneles, todos pertenecientes a la cúpula de la DINA, que viven en cinco cabañas que incluyen dormitorio, baños privado, teléfono, televisión por cable cocina y salón de estar, según informa Jorge Barreno. Hasta hace poco tiempo, los reclusos disponían incluso de piscina.

Los 10 reclusos son custodiados por 35 gendarmes en cada turno y cuentan con una asistente social, tres paramédicos y dos maestras de cocina, y sus comidas son supervisadas por una nutricionista, según relata un informe judicial llevado a cabo la fiscal judicial María Loreto Gutiérrez, difundido por la oficina de prensa del Poder Judicial. En las cárceles comunes cada guarda está a cargo de medio centenar de presos.

A última hora del viernes, la Gendarmería tenía dispuesto el traslado de los represores de la dictadura militar, pero al parecer la expectación periodística a las afueras del penal hizo que la institución desechara la iniciativa.

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