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Secretos que se esconden en las figuras de la baraja

El diseño de los naipes españoles posee una serie de singularidades que los hace únicos y los diferencian del resto de las barajas del mundo.

Sus palos representan los estamentos medievales: comerciantes (oros), clero (copas), nobleza (espadas) y siervos (bastos)
Sus palos representan los estamentos medievales: comerciantes (oros), clero (copas), nobleza (espadas) y siervos (bastos)

Todos hemos pasado horas jugando a las cartas, un invento que, al igual que muchos otros juegos, fue creado en China e importado por los europeos hacia 1375.

Tras su llegada al Viejo Continente, en plena Edad Media, cada pueblo sustituyó los palos y figuras orientales por otros más cercanos a su tradición cultural, creando símbolos como los bastones, bastos, cetros, corazones o cascabeles.

Una de esas evoluciones de los naipes orientales tuvo como resultado la baraja española, y en el blog Ballesterismo encontramos algunas curiosidades relacionadas con ella que probablemente desconocías:

1. La baraja española destaca entre todos los juegos de cartas del mundo por la riqueza de sus diseños. Ello se debe a que las figuras son de inspiración medieval y sus palos representan los distintos estamentos de la época: comerciantes, clero, nobleza y siervos. O, lo que es lo mismo, oros, copas, espadas y bastos, respectivamente.

2. Fue adoptada en Nápoles durante el dominio de Aragón. Posteriormente, su diseño evolucionó más en España que en Italia, por lo que la baraja napolitana es más parecida a la antigua baraja española.

3. Su aspecto actual se lo debemos a un impresor burgalés de origen francés y afincado en Vitoria, Heraclio Fournier, quien en 1868 presentó una baraja litografiada, que fue premiada en la Exposición Universal de París. Sin embargo, el diseño que ha llegado hasta nuestros días es el que realizó Augusto Ríus para el propio Fournier.

4. Estos naipes poseen una serie de curiosidades que suelen pasar desapercibidas entre los jugadores. Así, aunque los reyes se suelen representar como hombres mayores y barbados, los de copas y de oros suelen parecer más jóvenes. Además, desde el siglo XVIII, los caballos de copas y oros suelen mirar hacia la izquierda, mientras que los de bastos y espadas lo hacen hacia la derecha.

5. Con diseños de 40, 48, o 50 naipes, en función del juego el el que se emplee, la baraja española es la única en el mundo que no posee una figura femenina. Consta de reyes, caballeros a lomos de corceles y pajes ligeramente afeminados, conocidos como sotas, pero no de reinas.

6. Junto a ello, hacia el siglo XVI la baraja española introdujo una innovación que la hizo única. Se trata de las pequeñas discontinuidades que aparecen en los lados inferior y superior del rectángulo que enmarca los motivos de cada naipe. El palo de oros no tiene pintas; el de copas tiene una; el de espadas, dos y tres, el de bastos. La combinación de las pintas con los índices -el número que indica el valor de cada carta- permite a los jugadores identificarlas sin necesidad de extenderlas sobre su mano y dificulta la visión a posibles mirones que puedan influir en el juego.

7. La rica historia de la baraja española ha llevado a que, desde 1986, posea su propio museo, en la ciudad de Vitoria. Consta de más de tres mil juegos de naipes coleccionados por los herederos del fabricante Heraclio Fournier.

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