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“I have a dream”: A 50 años del mítico discurso de Martin Luther King

Medio siglo después, el primer presidente afroamericano de la historia de EEUU, utilizará el mismo escenario, el imponente monumento a Abraham Lincoln, para conmemorar a Martin Luther King.

 

Martin Luther King dio su histórico discurso hace 50 años, de espaldas al monumento que recuerda a Abraham Lincoln.
Martin Luther King dio su histórico discurso hace 50 años, de espaldas al monumento que recuerda a Abraham Lincoln.

Miles de manifestantes se congregaron este sábado en Washington para recordar el 50mo. aniversario del histórico discurso brindado por el líder y activista por los derechos civiles, Martin Luther King, conocido como “I have a dream” (tengo un sueño).

Manifestantes provenientes de todas partes del país, llegaron este sábado a las inmediaciones del monumento al presidente estadounidense Abraham Lincoln, lugar desde donde el 28 de agosto de 1963, el reverendo y activista Martin Luther King, logró convocar a una multitudinaria marcha por la igualdad racial y dejó su impronta grabada con el discurso “Tengo un sueño”.

Vistiendo una remera que rezaba “Manteniendo el sueño vivo”, Paul Griffin llegó desde Nueva York para recorar a King pero también para reclamar porque “hubieron progresos” desde la famosa Marcha de Washington “pero no es suficiente, la lucha de la gente continúa”, dijo mientras dialogaba con otro de los asistentes que acababa de conocer.

Parado a un costado del lago artificial (conocido como “reflecting pool” en inglés) -ubicado a los pies del monumento a Lincoln, en pleno National Mall de Washington-, el hombre de 63 años se lamentó de que el sueño del líder afroamericano se hubiera convertido ahora “en una pesadilla”.

“El poder político está tratando de sacarnos todas las ganancias que hemos obtenido”, dijo enfocando la responsabilidad especialmente en “el congreso del `no´”, que con una mayoría republicana, se opone a todo lo que el presidente Barack Obama propone.

Herman Glass, no pudo participar en la marcha 50 años atrás porque el dinero que juntaba trabajando en su Mississippi natal tenía que dedicarlo a sus estudios, pero eso no impidió que desde 1962 dedicara su vida a la defensa del derecho civil.

De hecho, el mismo año que el reverendo King pronunciara su discurso, el hombre que en aquel entonces tenía 15 años, fue atrapado y llevado preso por la policía de Mississippi por estar involucrado en actividades destinadas a la petición por el derecho a votar de los afroamericanos.

Para Glass, de 75 años y con una energía intacta a pesar del fuerte sol de verano, muchas cosas cambiaron pero la desigualdad racial aún existe en los Estados Unidos y eso tiene que ver con el “odio” y su empleo como herramienta política.

“El racismo siempre significó un gran cheque para los políticos.  Si pueden lograr que nos odiemos y peleemos entre nosotros, de esa manera no tenemos tiempo de ver que están robando y llenando sus bolsillos”, aseveró.

Los esfuerzos de Glass y de tantas otras personas, tuvieron su reconocimiento cuando en 1964 el movimiento pacífico conducido por Martin Luther King logró uno de sus principales victorias como fue la aprobación de la Ley de los Derechos Civiles en 1964 y la Ley del Derecho a Voto en 1965, reconocida como un hito en defensa de los derechos de las minorías.

Mientras que la manifestación de 1963 tuvo el lema del “trabajo y la libertad”, la convocatoria ahora estuvo dada por la “acción nacional para alcanzar el sueño de la marcha” de King, con la atención puesta en el empleo y la economía, los derechos al voto, de los trabajadores y de las mujeres, así como la igualdad para la comunidad gay y lesbiana, justicia ambiental y la violencia de las armas, entre otros.

Si bien el evento del sábado era el de mayor asistencia, la seguidilla de actividades organizadas durante la semana en distintos puntos de la ciudad tendrá su principal acto el miércoles, día exacto en que se cumple el aniversario, con la participación del presidente Barack Obama.

Medio siglo después, el primer presidente afroamericano de la historia de los Estados Unidos, utilizará el mismo escenario, el imponente monumento a Abraham Lincoln, para conmemorar a Martin Luther King, en un discurso que brindará acompañado por los ex mandatarios Bill Clinton y Jimmy Carter.

La historia detrás de una frase

«I have a dream» (Tengo un sueño), la frase más recordada del discurso más famoso de Martin Luther King que ahora cumple 50 años estuvo a punto de quedarse en el tintero por temor a ser un «cliché» demasiado «trillado» y sólo un «brote de inspiración» del icónico reverendo la convirtió en historia.

«I have a dream» era una frase que el líder de los derechos civiles había utilizado decenas de veces antes de la famosa «Marcha en Washington», la última hacía apenas una semana en Chicago.

Quizá por eso, la víspera de aquel 28 de agosto de 1963, su asesor Wyatt Walker le dio un único consejo: «No uses la parte de ‘tengo un sueño’. Está trillado, es un cliché. Ya lo has usado demasiadas veces».

Walker, como el propio King, era consciente de que el discurso, que ahora cumple 50 años, suponía la presentación del reverendo a escala nacional. Y después de horas de tachar y modificar párrafos en un hotel de Washington, dejaron listo un borrador que no incluía ninguna referencia al sueño.

«El discurso preparado pretendía ser una evaluación sobre la importancia histórica de la lucha por la libertad de los afroamericanos, y tenía como modelo el discurso de Gettysburg de (el presidente Abraham) Lincoln», explicó a Efe el director del Instituto de Investigación Martin Luther King, Clayborne Carson.

Al día siguiente, a espaldas del icónico monumento a Lincoln y ante decenas de miles de personas, King comenzó a leer su «meditado y enérgico» trabajo, pero pronto comprendió «que necesitaba algo más para una ocasión tan extraordinaria», según Carson, profesor de historia en la Universidad de Stanford.

Para el experto, que ha editado una autobiografía de King, fueron «años de desarrollo intelectual» los que permitieron que el activista «tuviera este repentino y oportuno brote de inspiración».

Steve Klein, responsable de comunicación en el Centro King de Atlanta (Georgia), apunta otro factor que quizá influyó en la decisión: la insistencia de la cantante de «gospel» Mahalia Jackson, que, sentada cerca del orador en el podio, le instaba constantemente a «hablar del sueño».

«Quizá ella le sacudió la memoria y le hizo pensar: eso funcionaría bien aquí», dijo a Klein.

Pero, en último término, King «decidió usar esa parte porque realmente le llegó la inspiración y sintió que quería compartir una visión de un Estados Unidos mejor con la audiencia», afirmó.

La referencia al sueño no sólo cambió el discurso, sino también la forma de pronunciarlo de King, que dejó de lado el borrador preparado y no volvió a recurrir a él.

«Cuando leía el texto, parecía un ponente», recuerda Clarence Jones, uno de los asesores de King, en el libro sobre el discurso «The Speech», del periodista británico Gary Younge.

«Pero en cuanto dejó el texto de lado, volvió a convertirse en un predicador bautista», agregó Jones.

Las inmediatas ovaciones y aplausos demostraron que King había acertado al ir más allá de un llamamiento a la justicia, al comprender «que no era suficiente sostener una lucha masiva por la libertad a no ser que los participantes pudieran imaginar un futuro que hiciera que los sacrificios merecieran la pena», apuntó Carson.

El resto del discurso de King era un meticuloso análisis de la situación de millones de afroamericanos, y contenía poderosas metáforas, como la que describía un Gobierno que había incurrido en «impago con sus ciudadanos de color», otorgándoles «un cheque rechazado por fondos insuficientes».

Pero, según Klein, el discurso «probablemente» no habría tenido el mismo impacto sin la mención al sueño.

«Era el momento correcto para usar (la mención), la audiencia correcta para usarla. Necesitaba una idea grande», subrayó.

Fuera o no gracias a la mención del sueño, los 16 minutos de discurso de King sirvieron para dar un impulso definitivo al movimiento por los derechos civiles y conseguir que el FBI, que ya le investigaba por los supuestos lazos comunistas de dos de sus ayudantes, le definiera como «el líder negro más peligroso y efectivo del país».

(Télam/elinformador.mx)

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