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“La Estrella Azul”: El festival de la abuela de la familia Carabajal

El gigantesco show comenzó anoche en La Banda, en Santiago del Estero. Artistas célebres y debutantes rinden homenaje a la emblemática abuela.

 

 Peteco Carabajal

Abel Pintos, Soledad, Raly Barrionuevo y Maximiliano Guerra fueron algunos de los artistas que se sumarán a partir de anoche a la familia Carabajal, emblema de la chacarera, en el tradicional festejo en la ciudad santiagueña de La Banda por el cumpleaños de Maria Luisa, la «abuela» de la familia.

La celebración tuvo como prólogo el recital gratuito «La estrella azul» que, con la dirección de Lito Vitale y la presencia de los músicos de la familia Carabajal, se realizó en el predio La Algodonera, en el barrio Los Lagos de La Banda, como parte del Plan Nacional Igualdad Cultural.

En lo que sigue del Festival estarán presentes, además, Teresa Parodi, Horacio Fontova, Patricia Sosa, Hilda Lizarazu, Veronica Condomi, Marián Farías Gomez, Rubén «Mono» Izarrualde, Hijos de MPA (Emme, Homero Carabajal, Micaela Farias Gomez, Lucina Ferraris, Jeronimo Izarrualde) y los bailarines Juan Saavedra y Koki y Pajarín Saavedra.

«Será el prólogo de la fiesta de la abuela que se ha transformado en una enorme celebración popular, espontánea, que tiene un rasgo muy particular: nadie la controla», afirmó a Télam el multinstrumentista Peteco Carabajal.

Además de Peteco, estarán presentes Cuti, Roberto, Caly, Demy, Graciela, Roxana, Musha, Camilo y Pablo Carabajal.

La congregación de músicos se reúne en torno a María Luisa Paz de Carabajal, que nació el 15 de agosto de 1901 y tuvo 12 hijos varones y ninguna mujer y que, al cumplir 60 años, fue el centro de una gran fiesta.

Esa celebración se convirtió luego en un festejo popular que tiene su epicentro en un rezabaile organizado el tercer domingo de agosto en el patio de la casa de la abuela. Alrededor de 20.000 personas participan de la celebración.

«El festival de la abuela se festejaba cada año y se reunían los músicos de la familia, pero el movimiento fue creciendo y hubo que sacar el escenario a la calle», apuntó Peteco.

«Luego -recordó- en el 93 ella falleció y la gente espontáneamente nos reclamaba que siguiéramos con el encuentro y así se fue gestando una verdadera fiesta que no le pertenece a nadie».

Peteco destacó que el movimiento popular excede al patio de los Carabajal y que, con el tiempo, «aparecieron clubes, peñas, festejos en casas aledañas donde transcurre de todo y no hay nadie que controle ni se adueñe del festejo».

«La chacarera siempre estuvo presente desde Andrés Chazarreta a comienzos de siglo pasado y mantuvo una renovación constante. Siempre estuvo en los repertorios de músicos de mucha trascendencia», dijo Peteco.

«Es muy difícil que pueda ser consumida popularmente -añadió-.por ejemplo, es muy difícil que una hinchada de fútbol la cante porque el ritmo no es tan fácil. Los argentinos tenemos incorporado un tiempo de dos, más propio del oído europeo, y eso, por ejemplo, ha permitido que el tango haya accedido a muchos lugares».

Hubo un tiempo que fue hermoso

“Es verdad que a la chacarera le ha llegado un tiempo de una singular notoriedad en una segunda vuelta con músicos como Soledad o Los Nocheros; y ha obtenido así un fruto que le es merecido y por el que trabajaron muchos, como los Carabajal, MPA, Los Manseros Santiagueños, Jacinto Piedra, Juan Saavedra”, aseguró Peteco.

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