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Murió el historiador Efraín Bischoff. Tenía 100 años

Era uno de los más reconocidos historiadores contemporáneos. Especialista en la historia de Córdoba, escribió numerosos libros sobre la materia.

Efrain Bischoff

En el mes de junio, Bischoff había sido internado en el Instituto Modelo de Cardiología por un cuadro de “broncoaspiración”.

El centenario historiador Efraín Bischoff falleció este mediodía en su casa de barrio Alta Córdoba. La triste noticia fue confirmada por familiares del escritor, quienes señalaron que sus restos no serán velados, si no cremados, como así él lo pidió.

En un comunicado, la familia del historiador indicó: «Con dolor su familia participa del fallecimiento del señor Efraín Urbano Bischoff, cuyos restos, por su expresa voluntad, serán cremados en el día de hoy. También, respetando su pedido, solicitamos la no publicación de avisos de pésame, agradeciendo las muestras recibidas y pidiendo que sea recordado como un hombre, que, por sobre todo amaba la historia».

En el mes de junio, Bischoff había sido internado en el Instituto Modelo de Cardiología por un cuadro de “broncoaspiración”.

Cabe recordar que en el mes de septiembre de 2012 Bischoff quien fuera historiador, dramaturgo, periodista, docente, y compositor, fue distinguido como ciudadano ilustre por el intendente de Córdoba Ramón Mestre.

Así mismo el municipio decretó un día de duelo con la bandera a media asta en todas las dependencias municipales.

Cordobés por adopción

Como corresponde a una provincia cuya universidad, su clima y su industria automotriz atrajeron a miles de compatriotas, Efraín Bischoff, este cordobés famoso en realidad era oriundo de la provincia de Buenos Aires.

Efraín Bischoff había nacido en La Plata, más precisamente en Ensenada de Barragán, un 30 de setiembre de 1912. Verdadero autodidacta, hurgaba libracos, archivos y veredas hasta encontrar el dato o la inspiración.

De su prolífica obra, él apreciaba mucho “las 1.100 páginas de la Historia de Córdoba”. Y las sucesivas ediciones de “Córdoba y el tango”. Pero no hubo pueblo, institución o amigo al que no le dedicara un ensayo o un par de versos.

Su familia se radicó inicialmente en Cruz del Eje, donde Efraín debutó como periodista un 9 de julio de 1929, con una nota alusiva en La Idea, el mítico diario de Temístocles Pedernera.

Aunque amaba esos parajes polvorientos, la U de Urbano lo había marcado desde la cuna. “Lo mío es el asfalto, la noche, el palpitar de la ciudad …”, aseguraba con una mueca. Algunos aprovechaban para retrucarle que, por lo visto, no había pasado lo mismo con el apellido: Bischof (con una sola efe), es “obispo” en alemán. Él no era precisamente santulón, o clerical.

En 1940 se casó con Felisa Arce, fallecida en 1987, a quien nunca dejó de extrañar. De ese matrimonio nacieron Eduardo y Susana, padres de sus siete nietos. En 1969 se instalaron en el domicilio de Isabel la Católica, que sólo abandonó para morir. Don Efraín era el vecino ilustre de Alta Córdoba.

Su casa, un sitio de peregrinación, al cual concurrían académicos y estudiantes, colegas y aficionados, los de arriba y los de abajo. A todos los recibía por igual. Esa puerta estaba siempre abierta. Sólo una vez fue motivo de disgusto, porque dejó entrar a unos ladronzuelos que se hicieron pasar por admiradores.

Hasta bien avanzados los 90 años, se trajeaba para ir a bailar tango, visitar la Pizzería Don Luis, almorzar en la Peña Libertad o asistir a la Junta de Historia. Docentes y fuerzas vivas de pueblos perdidos en el mapa se asombraban de la predisposición con que, siendo tan mayor, se trepaba a un coche para ir a dar una conferencia o recibir un premio. Jamás se negaba.

El desafío de Rodríguez. El periodista Guillermo Rodríguez, muerto a comienzos del año pasado, supo ser uno de sus amigos dilectos. Como también lo fuera otro tanguero empedernido, Marcos “el Mono” Marchini, fallecido en el 2004.

Ambos lo habían embarcado en tardías incursiones por Europa, posibilitadas por el también tardío reconocimiento mundial a la música rioplatense. Don Efraín ya era un señor de edad avanzada, cuando fue especialmente invitado al Festival de Granada. En su recorrida por edificios, monumentos y paseos hizo gala de una erudición que asombraba, o irritaba, según el caso, a los españoles.

Les advertía que “tal placa o leyenda estaban mal”, y corregía nombres, fechas y acontecimientos. “Era un lujo, viajar con él. Era como un libro abierto, en sus páginas más interesantes”, se emocionaba Rodríguez.

Cuando lo veía flaquear, lo que ocurría en contadas ocasiones, Guillermo le espetaba: “No se te ocurra morirte ahora, no vamos a permitir que el viejo (Juan) Filloy nos gane de mano´. Era una consigna, una de las tantas humoradas que nos divertían muchísimo”.

Pero la marca del escritor riocuartense fue imposible de igualar: Juan Filloy falleció el 15 de julio de 2000, 15 días antes de cumplir 106 años. Efraín Bischoff nos deja un mes y medio antes de cumplir 101.

Duelo. La Municipalidad de Córdoba manifestó su profundo dolor por la muerte de Bischoff decretó un día de duelo con la bandera a media asta en todas las dependencias.

(Fuentes: La Voz/La Mañana de Cordoba)

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