La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó ayer instaurar el 19 de noviembre de cada año como el Día Mundial del Inodoro.
La decisión no busca venerar este artefacto al que los seres humanos –no todos, por cierto– acuden para concretar una de las mayores intimidades, sino concientizar a la población en general y a los gobiernos en particular sobre la importancia del acceso a servicios básicos de saneamiento para la prevención de enfermedades.
Según el organismo, unas 7500 personas mueren a diario por falta de saneamiento, de los cuales 5000 son menores de cinco años, y cada año se pierden 272 millones de días de escuela por enfermedades causadas por la contaminación del agua.
La misma fuente calcula en unos 260 mil millones de dólares anuales las pérdidas económicas que provocan las malas condiciones sanitarias y la falta de agua potable en los países en desarrollo.
El último censo realizado en la Argentina (2010) estableció que de los 12.171.675 hogares relevados, un total de 10.627.064 (el 87%) tenía instalación sanitaria con descarga de agua. En ninguno distrito se alcanza el ciento por ciento.
En el país, los porcentajes varían según los datos disponibles (censo2010.indec.gov.ar). Por ejemplo, en Santiago del Estero y Misiones, sólo el 60% de las viviendas encuestadas dispone de baños; en Formosa, 61% y en Chaco, 64 por ciento.
En Corrientes, Jujuy y Salta el porcentaje va del 76 al 79%; en Buenos Aires, Catamarca, La Rioja, San Juan, Santa Fe y Tucumán, del 82 al 89% ; en Chubut, Entre Ríos y San Luis, es del 91% y en Córdoba del 93 por ciento. La cobertura más elevada es en Tierra del Fuego y Santa Cruz, 95%; La Pampa, 96% y la ciudad autónoma de Buenos Aires, con 97 por ciento.
Algunas organizaciones no gubernamentales del mundo celebran desde 2001 el Día Mundial del Inodoro, pero hasta ahora no había sido reconocido de manera oficial en una resolución de la ONU, que se votó de manera unánime y a instancias de la representación de Singapur con el lema «Saneamiento para Todos».
«A pesar de los progresos que se están haciendo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), una de cada tres personas no tiene acceso a inodoro», declaró el subsecretario general de la ONU, Jan Eliasson en un comunicado, en referencia a que esa mejora clave para el bienestar de una persona es uno de los ocho ODM que menos ha avanzado. La meta propuesta para 2015 era reducir a la mitad el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible a agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
De los 7000 millones de habitantes del planeta, unos 6000 millones tienen teléfono celular, pero unos 2500 millones, la mayoría instalados en zonas rurales, no tienen inodoros, y de ellos, unos 1100 millones todavía tienen que defecar al aire libre.
La Organización Mundial de la Salud advirtió que esa práctica rudimentaria es una amenaza para niños y niñas porque la contaminación del medioambiente con heces provoca enfermedades como diarrea, que a la vez es una de las causas principales de mortalidad en menores de cinco años (casi un millón de víctimas al año).
Además, sin baños seguros y privados, mujeres y niñas enfrentan la amenaza de violencia cuando salen de los hogares y las niñas además no quieren ir a la escuela si no hay instalaciones adecuadas.
La ONU instó con esta resolución a que los gobiernos impulsen cambios de conducta e implementen políticas que incrementen el acceso a los servicios de saneamiento, algo que parece obvio para muchos, pero resulta desconocidos para tantos otros. «
un museo en nueva delhi
En Nueva Delhi, India, funciona desde marzo de 1994 el primer museo internacional del inodoro. La iniciativa pertenece a Bindeshwar Pathak, un sociólogo nacido en esa ciudad en 1943 y fundador de la ONG Sulabh de Servicios Sociales, que desde los años 70 trabaja en ese país en la instalación de baños privados y públicos que mejoren la situación sanitaria de la población local.
El lugar dispone de piezas históricas y de las más actuales no sólo para mostrar la evolución del artefacto sino también para concientizar sobre las bondades de su uso, entre los seres humanos.
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