Sumergiéndose sin temor a las frías aguas del estrecho de Magallanes, más de 500 personas se dieron un chapuzón en la ya tradicional fiesta que complementa la Invernada en Punta Arenas. Se internaron al mar por varios minutos frente a miles de espectadores que con su apoyo y energía les dieron ánimo para no doblegarse y unir a la comunidad en una actividad sin igual.
A las 12,53 horas de ayer, de una forma inesperada comenzó el tradicional “Chapuzón en el Estrecho” cuando el niño Víctor Samuel González Vargas, de 11 años, quien proveniente de la localidad de Los Muermos, Puerto Montt, y quien pasa sus vacaciones de invierno en Punta Arenas, no pudo resistir las ganas de sumergirse en las temidas aguas, frente a Punta Arenas, y corrió hacia el mar, seguido por la ansiosa muchedumbre por la adrenalina del momento.
Con una temperatura ambiente de 6 grados centígrados y 3 grados sobre cero bajo el agua, más de 500 personas participaron en esta fiesta acuática, demostrando que el calor humano siempre será mayor que las condiciones climáticas que imperan en Magallanes.
Por varios minutos las míticas aguas australes bañaron a los entusiastas participantes que provenían de todo Chile y otras partes del mundo para engalanar la fiesta de la Invernada 2013.
Gente de todas las edades, destacando niños muy pequeños y adultos mayores que no temieron las bajas temperaturas, entusiasmaron a varios de los espectadores, que también terminaron lanzándose al mar sin estar inscritos en el Chapuzón, siempre resguardados por personal de la Tercera Zona Naval y voluntarios de la Bomba España.
El ambiente familiar se pudo respirar desde pasadas las 12 horas cuando cientos de personas comenzaron a llegar hasta el cruce de la Avenida Costanera del Estrecho y calle Mejicana, en donde se realizó la actividad de este año. Entre los participantes, llamó la atención la presencia de autoridades comunales, y la dirigente social, Irma Pallahuala, quien a sus 86 años sigue cautivando a los asistentes con su entrega y energía, llamando al resto de los adultos mayores a “no quedarse en casa y participar en todas las actividades que puedan”.
Unas 2.300 personas se congregaron en el sector costero, siendo un récord en la historia del “Chapuzón en el Estrecho”. Además fueron servidos más de 500 kilos de merluza, en una iniciativa conjunta de la Corporación de Pescadores de Barranco Amarillo, la Dirección Zonal de Pesca e Inacap.
En esta versión la asistencia superó todas las expectativas. Así lo refleja el hecho que la municipalidad se haya quedado corta con la entrega de medallas, por lo que cientos de participantes deberán concurrir hoy a reclamar su presea al municipio.
Entre los asistentes, La Prensa Austral entrevistó a Rodrigo Ruiz, quien junto a su pequeña hija Martina no dudó en sumergirse por unos instantes en las aguas. Señaló que participará todos los años para incentivar a las nuevas generaciones a que mantengan viva esta tradición magallánica.
Natural de Chiloé y radicada en Punta Arenas hace 20 años, Sonia Mansilla participó del evento cumpliendo “un reto personal”, indicando que ahora “lo haré cada año”. Añadió que la experiencia fue exquisita y ojalá todos se atrevieran a hacerlo.
Finalmente Rodrigo López, a sus 9 años, demostró a todos sus compañeros del Colegio Luterano que fue uno de los más de 500 osados que se bañaron en el estrecho de Magallanes en su versión 2013.
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