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Piden la indagatoria del dueño de Falabella por trabajo esclavo

En diciembre, la AFIP denunció que la cadena comercial contrata empresas proveedoras que mantienen a su personal en condiciones infrahumanas de explotación laboral.

El fiscal federal Federico Delgado pidió la indagatoria del dueño de la cadena Falabella por trabajo esclavo en dos talleres que confeccionan prendas para la famosa tienda.

Se trata de Juan Luis Mingo, presidente de Falabella, para quien el fiscal pidió su indagatoria al igual que Héctor y Gustavo Mitelman, ambos responsables de la firma que ofició de proveedora, «SIFAP» SA.

«Logramos desentrañar qué empresas se apropian del trabajo esclavo a través de la cadena de explotación de seres humanos. Por lo tanto, sus autoridades deben responder penalmente por estos sucesos», sostuvo Delgado.

El 20 de diciembre de 2012, la AFIP denunció ante la cámara federal que en el marco de las tareas de prevención y control de empleo no registrado, «constató el funcionamiento de dos talleres textiles clandestinos, ubicados en Quirós 3041 y San Nicolás 266, ambos de esta ciudad».

Según se desprende de esa denuncia, en ambos trabajaban diez personas en condiciones de «empleados cama adentro», con un sueldo de aproximadamente 2500 pesos (los cuales 1000 eran retenidos para la comida y vivienda) y había «condiciones deplorables» de higiene.

El fiscal también reclamó la indagatoria del encargado del taller de San Nicolás 266, Robert Egber Tupiño Yncacutipa.

De los testimonios de las personas esclavizadas, surge que tienen un régimen de trabajo de 8 a 17 horas.

El fiscal recordó que «tiendas como «Falabella» suelen contratar a talleres que subcontratan a otros talleres más pequeños. Es decir, las empresas mantienen el trabajo de diseño, comercialización, imagen, moldería y corte, mientras que tercerizan la confección, terminaciones y planchado directamente en talleres clandestinos o a través de talleristas intermediarios».

El pedido de Delgado fue hecho ante el juez Claudio Bonadío, quien ya en marzo pasado ordenó allanamientos y «confirmó el efectivo funcionamiento de ambos talleres textiles».

«El devenir del proceso reveló con nitidez una de las consecuencias más crudas del capitalismo: la explotación del hombre por el hombre; esa que la organización republicana intenta mitigar a través de la institucionalidad derivada del Estado Nación», consideró Delgado

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