La relatora especial de las Naciones Unidas sobre la independencia de los magistrados y abogados, la brasileña Gabriela Knaul, exhortó a la presidenta Cristina Kirchner a reconsiderar la reforma judicial. «La disposición sobre la elección partidaria de los miembros del Consejo de la Magistratura y las limitaciones aprobadas a las medidas cautelares (son) contrarias a varios artículos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos», sostuvo.
La Cancillería no tardó en expresar su malestar. “Los términos del mismo se apartan no sólo de los estándares de ética profesional e independencia esperados del titular de un mecanismo especial como lo es la Relatoría, sino que por su falta de imparcialidad, mesura y equilibrio representa un desvío del mandato mismo encomendado a la Relatora”, señaló en un comunicado.
Asimismo, explicó que el viernes pasado Knaul había presentado una serie de preguntas sobre la reforma y que la Cancillería se comprometió a responder. “No obstante, dicha Relatora emitió un comunicado menos de 24 horas hábiles después. Y más grave aún, sin contar con dichas respuestas. De esta maneraconvirtió a las Naciones Unidas en fiscal, juez y verdugo contra un país miembro”, sentenció la diplomacia argentina.
“La Relatora –continúa la nota de prensa– manifiesta su ignorancia o parcialidad política al recomendar un diálogo participativo e inclusivo con la sociedad y la comunidad jurídica. (…) La posición de la Relatora es similar a quienes hoy desde la oposición claman por una supuesta ilegalidad pero que cuando tuvieron la responsabilidad de gobernar la República Argentina votaron leyes con falsos diputados o con el supuesto pago de prebendas en lo que se llamó ‘Ley Banelco’”.
En tanto, la Cancillería subrayó que comunicó su “desagrado” a la directora de la División de Procedimientos especiales de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Jane Connors, quien habría manifestado la preocupación que las declaraciones de la relatora generaron en el organismo.
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