Junto al gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, el jefe de la bancada del Frente para la Victoria (FpV) en la Cámara alta, Miguel Pichetto, le pidió la renuncia al intendente de Bariloche, Omar Goye, por pedido de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, a 16 días de los saqueos que tuvieron lugar en dicha ciudad.
Al término de una reunión entre Goye, Pichetto y Weretilneck realizada en el aeropuerto local, Weretilneck aseguró en declaraciones periodísticas que él y el senador oficialista le habían pedido “al intendente que analice la posibilidad de dejar el cargo”. Sin embargo, el legislador dijo: “No tenemos imposiciones nacionales, eso descártenlo. Somos hombres comprometidos con la provincia y tenemos una evaluación de lo sucedido”.
Por su parte, Goye señaló a un medio local que no va a renunciar y dejó en claro que a él sólo lo sacarán “con las patas para adelante”.
Sin más vueltas, aunque cuidándose de no utilizar la palabra renuncia, y siguiendo las instrucciones de la presidenta Cristina Fernández, el senador Miguel Pichetto y el gobernador Alberto Weretilneck intimaron ayer a Omar Goye a que dé un paso al costado como intendente de la ciudad para que «Bariloche tenga un gobierno fuerte y un intendente que lidere», pero a las pocas horas el mandatario les retrucó advirtiendo que «la primera salida institucional es en el 2015».
Rodeado por lo que queda de su gabinete, reiteró que no piensa en renunciar al cargo para el cual fue electo por el pueblo de esta ciudad. Aplaudido por sus colaboradores dijo que si la intención del gobierno es que se vaya, él también pedía la renuncia de los ministros de Gobierno, Luis Di Giacomo, Desarrollo Social, Ernesto Paillalef y al secretario de Seguridad, Miguel Bermejo, por entender que su visita a esta ciudad se tornó desestabilizadora.
Con respecto a su reunión con Weretilneck y Pichetto, el intendente dijo haber analizado la situación «con las personas que me acompañan en la gestión municipal» y que resolvieron «resistir cualquier intento de golpe a la institucionalidad democrática». También dijo que reclamará a la presidenta, Cristina Fernández y al senador Pichetto, para que sean «garantes de la institucionalidad en Bariloche», como lo fueron en la provincia, ante la muerte de Carlos Soria.
Tras la extensa reunión mantenida en el salón vip del aeropuerto, Goye retornó solo a su despacho y se limitó a señalar que había pedido unos días para analizar la propuesta recibida, aunque a su entorno íntimo les reiteró la decisión de continuar su mandato hasta el final. Por la tarde hizo pública la determinación anunciando que «la primera salida institucional es en el 2015».
Por la tarde, se supo que Goye sumó nuevas renuncias que se oficializarían el lunes, en este caso la de todo el equipo del área de Turismo.
En tanto, antes de partir de la ciudad y sin una respuesta aún, el gobernador Weretilneck reprodujo el pedido sin concesiones que le hicieron al Goye: «lo lógico, lo razonable y lo que Bariloche necesita es que el intendente analice seriamente la posibilidad de abandonar el cargo».
Esa posición fue consensuada con Pichetto en función de los tres años de mandato que le quedan a Goye y «la situación de debilidad, de aislamiento en la que está inmerso él y el gobierno municipal», dijo.
La intromisión de Nación y Provincia en el escenario comunal mereció el rechazo de sectores barilochenses y también del intendente de Roca, Martín Soria, quien entendió como un «desatino» que el gobernador y el senador fueran a Bariloche.
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