La Universidad Nacional de La Plata distinguirá este martes al presidente ecuatoriano Rafael Correa con el Premio Rodolfo Walsh en la categoría Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular. Según lo anunciara la casa de altos estudios en su página web, e incluso la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Florencia Saintout, en su cuenta de Twitter, el mandatario es reconocido como «uno de los referentes actuales en la batalla contra la voluntad hegemónica que pretende encorsetar la palabra y, a través de ella, a los sujetos individuales y sociales».
Entre los fundamentos de la premiación, según consta en su sitio web, “el proyecto político ecuatoriano encabezado por Correa propone brindar herramientas para la toma de la palabra y la construcción del propio relato de los sectores pobres y marginados de la sociedad”.
Asimismo, Saintout en la red social destacó que «Correa impulsó la creación de una nueva ley de medios que modifique las relaciones de poder, para darle voz a las mayorías». «El presidente @MashiRafael recibirá el #PremioRW el martes 4 de diciembre a las 16 horas en nuestro edificio Néstor Kirchner», confirmó la directiva.
La misma distinción fue otorgada anteriormente a mandatarios como Hugo Chávez y Evo Morales; y a figuras del oficialismo como Hebe de Bonafini. En esta ocasión, el Consejo Directivo aprobó por “unanimidad” la distinción al primer mandatario ecuatoriano. Destacan “la incorporación de la comunicación como derecho en la nueva Constitución Nacional”.
Universo de antecedentes. La tensa relación de Rafael Correa con la prensa lleva larga data. El presidente ecuatoriano tiene en su haber desde cruces subidos de tono hasta juicios y periodistas condenados a prisión.
El caso paradigmático se dio en marzo de 2011, cuando Correa demandó por injuria al diario El Universo tras leer una editorial del periodista Emilio Palacio. En el texto Palacio lo llamó «dictador» y le advirtió que podría ser juzgado por crímenes de lesa humanidad al supuestamente haber ordenado abrir fuego contra un hospital en medio de una rebelión policial el 30 de septiembre de 2010.
El presidente consideró que “manchaba su honor” y pidió tres años de cárcel para tres directivos y el exeditor de opinión del rotativo, Emilio Palacio, y una indemnización de 80 millones de dólares.
El diario ofrecería la posibilidad de que el mismo Correa publique en el matutino su réplica, pero fue en vano. En tiempo récord, el juez determinó la sentencia a tres años de cárcel y el pago de 40 millones de dólares a tres directivos y el exeditor, penas que luego fueron «perdonadas» por el presidente.
Más allá de este caso, los conflictos entre el oficialismo ecuatoriano y los medios son una constante. “La ética no existe en los medios de comunicación de América latina”, se quejó Correa en septiembre de 2011, durante una charla en la Universidad de Columbia.
«Correa cree que los periodistas son sus enemigos», sintetizó César Ricaurte, el creador de Fundamedios, una organización que denuncia las persecuciones a la prensa de Ecuador, meses atrás en la entrega de los premios Perfil a la Libertad de Expresión.
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