Publicado en

Los expulsan de un tenedor libre por comer mucho

Además, les impidieron volver por el resto de sus vidas. Los acusan de comer demasiado. Hacía dos años que eran clientes habituales del lugar.

A los ingleses George Dalmon y Andy Miles, comensales frecuentes del restaurante Gobi de Brighton, no sólo los expulsaron del local por comer demasiado, sino que se les prohibió la entrada de por vida, según reportó la BBC. El gerente del negocio les pidió que no volvieran después de ver cómo devoraban cinco bowls cada uno de salteado de verduras y carnes al wok, durante una cena maratónica, y los acusó directamente de comer más allá de lo permitido por el negocio, además de “destruir” estación de buffet en su frenética carrera para saciarse.

Dalmon, ex jugador de rugby de 26 años, exigió al restaurante de estilo mongol que cumpla su promesa y permita a la gente a comer todo lo que quiera, libremente. “Sólo hay bowls pequeños y no puedo servirme todo de una vez, así que siempre vamos a por más. Es un tenedor libre, y por eso me encanta. Desde hace un par de años que comemos ahí dos veces por mes, pero de repente el dueño vino a nuestra mesa y delante de todos los clientes se volvió completamente loco. Nos dijo que estábamos comiendo de más y que éramos un par de cerdos. Le pregunté si era una broma, pero nos respondió que teníamos la entrada prohibida de por vida. No lo podía creer”.

En su página web, el restaurante promete a los clientes que pueden crear su comida individual y comer todo lo que quieran por 12 libras. Pero otro empleado de Gobi, que no quiso ser identificado, admitió que les había dicho a “esa pareja de codiciosos” que nunca volvieran a pisar el lugar, después de la noche del martes que había sido “el colmo”. Agregó: “Básicamente, vienen y se comen todo. Los soportamos durante dos años, pero ya tuvimos bastante. Lo estropean todo en su afán de comer rápido para comerse todo. Se supone que debemos ser un buffet, pero se comen todo antes que la gente puede llegar”.

El responsable se quejó además de que siempre tomaban agua en vez de pedir bebidas y nunca pagaron el cargo adicional. “No somos una organización benéfica. Somos un negocio. Es nuestro restaurante y podemos decirle a la gente que no vuelva si no queremos que lo hagan”.