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El crimen de Dalmasso, más cerca de quedar impune

A seis años del crimen de Nora Dalmasso, ocurrido en Río Cuarto, podrían desvincular al viudo y al hijo. Los favorece un nuevo estudio genético.

El viudo Marcelo Macarron, junto a su esposa asesinada Nora Dalmasso.

A poco de cumplirse seis años del crimen de Nora Dalmasso, ocurrido en 2006 en su casa de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, nuevos estudios podrían desvincular del caso a Marcelo y Facundo Macarrón, esposo e hijo de la víctima.

Los estudios recientes del Laboratorio de Genética de la Policía Judicial de Córdoba restarían sustento a las presunciones en contra de los Macarrón.

Los análisis posibilitarían concluir que los rastros genéticos de Marcelo Macarrón que se hallaron en el cuerpo de Dalmasso, «pueden» corresponder a una relación que la víctima mantuvo con su esposo el 19 de noviembre, una semana antes del homicidio.

La jefa del laboratorio, Nidia Modesti, aportó bibliografía europea y casos de estudio que permiten colegir que el tiempo de permanencia del ADN en la zona vaginal es compatible con una relación de cuatro, cinco, siete días o más.

Según las pericias, la determinación de rastros de Marcelo Macarrón en el cuerpo de Dalmasso no permitiría probar la presencia de un Macarrón (padre o hijo) en el momento del crimen. De esta forma, la defensa del viudo y del hijo de la víctima podría insistir con que todos los restos epiteliales y espermáticos son del padre y estaban en la mujer desde hacía días.

Otro elemento que podría desvincular a Marcelo Macarrón apunta al hallazgo de ADN del viudo en las sábanas de la cama donde fue hallada Dalmasso. Con jabón, en diversos programas y temperaturas, el laboratorio genético dice haber corroborado la posibilidad de «transferencia de ADN en el lavarropas».

Según los ensayos, aunque se lave a mano o a máquina, ADN o células de descamación «pueden permanecer en la sábana», sin degradarse aseguraron los peritos.

Los últimos estudios también mencionan el hallazgo de un perfil autosómico completo en la sábana de abajo, que no es Macarrón y que no coincide con ninguno de los ADN solicitados en la causa.

Serían de un hombre desconocido, cuyo material genético aparece en varios tramos del cinturón de la bata con el que estrangularon a la empresaria.