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En el día del profesor

Caminando el siglo XXI y aprendiendo a pensar.

A los queridos profesores que encendieron nuestros corazones, forjaron nuestros espíritus rebeldes y abrieron nuestras mentes a los conocimientos, enseñándonos que saber es poder.

A quienes desde sus virtudes y debilidades, aciertos y yerros, nos prepararon para recibir el don de la coherencia entre el pensar, el sentir, el decir, el hacer y el ser, que tanto nos cuesta cultivar.

A quienes fortalecieron nuestros pasos, acompañando nuestro crecimiento diario sin perder la inocencia y la capacidad de asombro de la niñez que llevamos dentro.

A quienes nos ayudaron a comprender que el estudio, la capacitación y el esfuerzo junto a la paciencia y la perseverancia, nos dotan de la idoneidad, como aptitud específica, para el cumplimiento de los oficios, profesiones y funciones que hoy nos toca desempeñar.

A quienes nos dieron las herramientas necesarias para la búsqueda de la verdad liberadora, venciendo los obstáculos del miedo, el error, la ignorancia y la mentira.

A quienes nos  enseñaron a enseñar, aprendiendo juntos, dejando huellas y el desafío de andar y desandar caminos para los que vendrán.

A quienes contribuyeron a cuestionar prejuicios, preconceptos y dogmas, en el aprendizaje doloroso de la libertad y en la lucha por una sociedad más justa.

Por el amor recibido, a nuestro queridos docentes, por sus luchas tantas veces olvidadas y otras tan poco reconocidas, porque mucho de lo que somos se lo debemos a ustedes.

Iride Isabel María Grillo