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Comodoro Rivadavia, capital del crimen

Por su tasa de 14 homicidios cada 100.000 habitantes, la mayor del país, y un conflicto policial, echaron al subsecretario de Seguridad

Comodoro Rivadavia –  «Trabajo de noche y cada vez que salgo de casa para manejar el taxi no sé si voy a regresar.» Así, y mientras muestra la cicatriz de una cuchillada en un brazo, Mario Huencheque, de 45 años, grafica cómo se vive en esta ciudad de más de 194.000 habitantes que, con 28 asesinatos en lo que va del año, es uno de los tres centros urbanos más violentos de la Argentina, con Rosario y Santa Fe.

Con una tasa de homicidios de 14,5 asesinatos cada 100.000 habitantes, casi tres veces superior al promedio nacional (la última fue de 5,5), las historias de vida y de muertes por casos de inseguridad se multiplican. A eso se suma, por estas horas, una amenaza de paro de la policía, por un reclamo salarial. Desde el domingo la fuerza está en estado de «alerta y movilización» y en algunas comisarías de otras ciudades de Chubut, como en Puerto Madryn y Esquel, ayer había uniformados que, como forma de protesta, estaban de «brazos cruzados» en las comisarías.

La crítica situación obligó al gobernador, Martín Buzzi, a dar un golpe de timón para oxigenar la gestión del área: desplazó a Diego Carmona como subsecretario de Seguridad y designó en el puesto a José Glinski, un comodorense al que se vincula con La Cámpora (ver aparte).

«La seguridad es uno de los principales problemas que tiene la provincia», admitió Glinski ayer al mediodía, al asumir en pleno conflicto con los policías. El viernes pasado, el gobierno provincial había ofrecido un aumento de 1500 pesos en promedio para los uniformados, que exigen el cumplimiento de una ley que estipula que el sueldo de un uniformado chubutense debe ser equivalente al 88% del salario de un policía federal de igual rango y antigüedad. Según esa norma, el sueldo debería ser de unos $ 8800, mientras que la oferta de Buzzi lo eleva a aproximadamente $ 6500.

«Acá no hay efectivos que patrullen las calles porque nadie quiere entrar en esta fuerza, ya que se paga muy poco y la vida en esta ciudad es muy cara. Un policía gana un promedio de $ 5000 por mes y un alquiler de una casa cuesta no menos de $ 2500», explicó Héctor Rocha, delegado del Sindicato Policial chubutense.
A merced del delito

Si las medidas de fuerza que ya rigen en Puerto Madryn se extienden a esta ciudad, se advertirá todavía más aquí la escasa presencia policial. «Es difícil encontrar un móvil o un policía que recorra las calles; en la actualidad figuran 800 efectivos asignados a la seguridad en Comodoro Rivadavia, destinados a 25 dependencias; descarte a los que están de licencia y los que están de franco, y se encontrará con que hay seccionales que tendrán entre seis y ocho agentes por turno. Esa cantidad de personal no alcanza para patrullar», explicó Rocha.

Esta afirmación fue corroborada por este enviado al pasar frente a la seccional 2a., situada en Rivadavia y Viamonte, donde había tres móviles parados porque no se pueden cubrir las dotaciones necesarias para tripularlos y patrullar las calles.

Sin presencia uniformada, los barrios situados en la periferia, entre las laderas de los cerros y el mar, se convirtieron en territorio del miedo. En Máximo Abásolo, Las Quintas, Las 1008 viviendas, San Martín y Moure ocurrió la mayoría de aquellos 28 homicidios; en esos barrios muchos taxistas no quieren entrar.

«A mi hijo lo mataron en la puerta de mi casa. Venía caminando con un amigo cuando se acercaron dos hombres en un Fiat gris. Uno le preguntó por una calle y si tenía plata. Entonces, Gabriel le dijo al amigo que corriera; uno de los del auto se bajó, disparó tres balazos y mató a mi hijo. El chico que estaba con Gabriel se salvó de milagro. Cuando salieron todos los vecinos de la cuadra, los atacantes ya se habían escapado. Nadie vio nada. Los asesinos de mi hijo no son de acá. Mucha gente viene de otros lugares a robar a Comodoro Rivadavia, quizás creyendo que por el petróleo hay plata. No les importa nada: vienen, matan y se van», expresó, entre lágrimas, Roberto Epul.

Su hijo, Gabriel Andrés Epul, de 17 años, volante central de la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) que estaba a punto de ser contratado por la Universidad de Chile, fue asesinado el 7 de julio en Máximo Abásolo. Hasta ahora no hay detenidos. Cerca está el barrio San Martín, un laberinto de viviendas precarias coronado por un desarmadero clandestino con autos desguazados en la ladera del cerro.

«Cuando mataron a mi hijo, yo estaba trabajando en un evento de boxeo. Estaba en la puerta del club cuando sonaron los disparos. Un automovilista me pidió que avisara a la comisaría que había habido un asalto en la estación de servicio de O’Higgins y Salta y que había un hombre tirado, herido. Una hora después me dijeron que ése era mi hijo. Un ladrón le pegó un tiro en la cabeza», recordó Miguel Angel Godoy, de 45 años, padre de Nelson, el policía asesinado el 22 de julio. Por este hecho tampoco hay detenidos.

En la recorrida realizada por LA NACION no se observaron comercios con mostradores enrejados, tal como se pudieron ver en ciudades como Mendoza, Mar del Plata o Rosario. No obstante, hace dos meses conmocionó a Comodoro Rivadavia el caso de un comerciante que mató a uno de los dos ladrones que habían entrado a robar en su local. Este hombre tenía detrás del mostrador un rottweiler que atacó a uno de los asaltantes. Cuando el segundo ladrón agredió al comerciante, éste tomó un revólver que guardaba al lado de la caja y disparó.

«Desde ese día, Jorge [el comerciante] vive preguntándose por qué le tocó a él tener que matar a una persona. Esta situación de violencia que estamos sufriendo se veía venir y nadie hizo nada para no ocurriera», concluyó Miguel Donnet, abogado defensor del comerciante.
Voces críticas

«Trabajo de noche y cada vez que salgo de casa para manejar el taxi no sé si voy a regresar. Me atacaron hacer tres años, estuve seis meses para volver a trabajar; el ladrón que me atacó ya está libre y temo encontrármelo »
Mario Huencheque.
Taxista – Víctima de un asalto

«Acá no hay efectivos que patrullen las calles porque nadie quiere entrar en la policía, porque se paga muy poco y la vida en esta ciudad es muy cara. Un policía gana $ 5000 por mes y un alquiler de una casa, unos $ 2500 »
Héctor Rocha
Delegado del sindicato policial

«Los asesinos de mi hijo no son de acá. Mucha gente viene de otros lugares a robar a Comodoro Rivadavia, quizá porque creen que por el petróleo hay plata. No les importa nada: vienen, matan y se van »
Roberto Epul
Padre de Gabriel, asesinado en julio

Secuestraron a una niña durante seis horas

Una niña de seis años que había sido secuestrada anteayer a la tarde en Comodoro Rivadavia fue encontrada seis horas más tarde en la terminal de ómnibus local, donde fue abandonada por un hombre, aparentemente sin rastros de haber sufrido violencia, según informó la agencia DyN. Su padre, Paulino Méndez, denunció que la chica desapareció frente a uno de los baños de la feria La Saladita, cuando la dejó momentáneamente en la vereda. Acto seguido, la policía montó un operativo cerrojo y un rastrillaje, mientras que allegados a la niña hicieron un piquete. Pasadas las 23, un hombre abandonó a la menor en la terminal..