El suizo Roger Federer tuvo una jornada sagrada al obtener su séptimo título sobre el césped de Wimbledon y se anotó su corona 17 de Grand Slam , al vencer en la final al escocés Andy Murray por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4, a quien postergó y dejó con las ganas a los británicos de festejar un triunfo local en All England luego de 74 años.
Federer no solo confirmó su condición de ser el más grande tenista de la historia, sino que emparejó la lista de siete títulos en la catedral del tenis que ostentaba Pete Sampras.
También con este logró, el suizo alcanzó nuevamente el número 1 del ranking mundial y este le permitirá alcanzar a Pete Sampras como el jugador que más semanas estuvo al frente del ranking con 286 semanas.
El primer set comenzó con un quiebre del escocés en el primer juego de saque del suizo, pero éste se recuperó y emparejó las acciones pero no pudo sacar ventaja en el octavo juego, donde contó con varias oportunidades para quedar son el servicio de su rival.
En la segunda manga las cosas cambiaron y no pudieron sacarse ventajas hasta que Federer se quedó con el servicio del escocés cuando estaba 6-5 arriba y así igualó el marcador con un 7-5.
Con el partido empatado y los dos tenistas ofreciendo su mejor tenis, la lluvia se hizo presente cuando estaban 1 a 1 en el tercer set y el encuentro tuvo que ser suspendido durante uno 30 minutos hasta que se desplegó el techo del estadio central.
Tras la reanudación, el suizo estuvo más enfocado y consiguió, luego de una largo sexto game, un quiebre que le dio la ventaja para poder cerrar el parcial por 6-3.
Finalmente, Federer mostró toda su solidez en la última manga y cerró el parcial y la definición con un 6-4.
Los locales se quedaron con las ganas de ver un británico como ganador de Wimbledon, algo que no sucede desde hace 74 años cuando se consagró Fred Perry.
El historial de un tenista sin igual
Su nombre vuelve a estar directamente vinculado al número uno. A partir del lunes Roger Federer comenzará a vivir su semana 286 en lo más alto del ranking, igualando a Pete Sampras, su espejo e ídolo de juventud. Pero la carrera del suizo en el escalafón tiene una historia. Aquí un repaso a los principales logros de la evolución de uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.
Navegó desde septiembre del 97 y el mismo mes del 98 entre los puestos 800º y 670º. Tuvo su debut en un torneo de World Series en Gstaad, Suiza, donde en julio de 1998 cayó ante el argentino Lucas Arnold por un doble 6-4. Pero un par de meses más tarde consiguió su primera victoria. Fue en Toulouse y con paliza sobre el francés Guillaume Raoux (45º del ranking), a quien venció por un doble 6-2. Luego pasó el australiano Richard Fromberg, a quien también dejó en el camino en sets corridos (6-1 y 7-6). Y tuvo que aparecer el holandés Jan Simerink, número 20 del mundo, para poner las cosas en su lugar. Le ganó a Roger en cuartos por 7-6 y 6-2, y luego fue campeón del torneo. Esta actuación le permitió al suizo trepar del puesto 878º al 396º: un salto increíble de 482 escalones.
En el inicio mismo del 99 quebró la barrera de los 300. Llegó a cuartos de final en Marsella luego de ganarle a Carlos Moya en la primera ronda (7-6, 3-6 y 6-3), su primera victoria sobre un top ten. Y luego repitió en Rotterdam para quedar 129º, bien cerquita del lote de los 100 mejores. Llegó a la segunda ronda en Tashkent, Uzbekistan, y se metió por dos semanas en el top 100. Luego salió de ese grupo y, tras llegar a cuartos en Basilea, su casa, entró definitivamente en una trepada que sólo se detuvo cuando llegó al número uno del ranking.
En 2000 jugó sus primeras dos finales de ATP y las perdió. En Marsella fue ante su compatriota Marc Rosset (77º) por 2-6, 6-3 y 7-6. Y en Basilea ante el sueco Thomas Enqvist (6º) por 6-2, 4-6, 7-6, 1-6 y 6-1. Esa final en su país lo dejó en el puesto 25º, el mejor de su carrera hasta ese momento.
Y en enero de 2001 levantó su primer trofeo. En Milán dejó en el camino a otros grandes, como Ivanisevic y Kafelnikov para luego superar en la final al francés Julien Boutter por 6-4, 6-7 y 6-4. Ese año también ganó su primer partido en Wimbledon. Fue en tres sets ante el belga Christophe Rochus (6-2, 6-3 y 6-2), aunque el dato más importante de ese torneo en el que llegó a cuartos de final fue su victoria sobre Pete Sampras (6º) en un partido inolvidable: 7-6 (9-7), 5-7, 6-4, 6-7 (7-2) y 7-5 en tres horas y 41 minutos.
En marzo de 2002 le ganó por primera vez a un número uno del mundo: 6-3 y 6-4 al australiano Lleyton Hewitt en las semifinales del Masters Series de Miami, para alcanzar su primera final en un torneo de esta categoría. En el encuentro decisivo chocó contra un gran Andre Agassi que lo batió en cuatros sets: 6-3, 6-3, 3-6 y 6-4, pero al día siguiente el ranking ya lo encontró en el puesto 11º. Dos meses más tarde ganó el Masters Series de Hamburgo (6-1, 6-3 y 6-4 a Marat Safin en la final) y se metió por primera vez en el top ten al quedar octavo. Y también ese año jugó su primer Masters, donde cayó en semifinales ante Hewitt (7-5, 5-7 y 7-5). A esa altura ya era el número 6 del mundo.
Su primer título en un Grand Slam fue en Wimbledon 2003. Perdió un solo set en todo el torneo y en la final venció al potente australiano Mark Philippoussis por 7-6 (7-5), 6-2, 7-6 (7-3) para llegar al podio del ranking: número 3 por detrás de Andre Agassi y del valenciano Juan Carlos Ferrero. Después de esto sólo esperaba sentarse a esperar la llegada de Roger a la cima.
No demoró tanto. Al levantar la copa en Australia en enero de 2004 se apoderó del primer lugar del ranking y se convirtió una máquina de ganar (once títulos sólo ese año). Eso lo mantuvo en la cima durante más de cuatro años y medio, hasta que Rafael Nadal se consagró campeón olímpico en Beijing y lo destronó en el listado del 18 de agosto de 2008.
Tuvo Federer un segundo reinado entre el 6 de julio de 2009, cuando ganó su sexto Wimbledon, y el 7 de junio de 2010. Parecía que ya no volvería a probarse la corona, pero dos años después, el rey está de vuelta sentado en el trono.