De arranque la historia fue a contramano en Varsovia. Era todo de los alemanes que tuvieron tres claritas antes de los 15 minutos. La más difícil, una que Pirlo despejó sobre la línea. Pero en la primera que tuvo, la Azurra golpeó fuerte. Cassano se sacó dos de encima y mandó el centro para que Mario Balotelli, el niño malo de Italia y compañero de Agüero en el City, cabecee el 1-0.
Pero había más show del Súper Mario. Con Alemania totalmente volcada en ataque, los de Cesare Prandelli pudieron aprovechar un lujo infrecuente: agarrar mal parados a los germanos. Así, tras un bochazo larguísimo, Balotelli recibió habilitado y definió de gran forma, al ángulo, para poner el segundo.
El complemento fue previsible, con Almenia yendo a buscar obligado e Italia desplegando su habitual catenaccio pero, eso sí, con contragolpes velocísimos que pudieron aumentar la cuenta. Sobre el final el árbitro Lannoy le concedió un penal al perdedor para que descuente Ozil. La historia se repitió entre los dos gigantes europeos e Italia (de paso de clasifico para la Copa Confederaciones del año que viene) jugará la final de la Euro contra España, el campeón defensor. Imperdible duelo de estilos para no despegarse de la tele.