El Senado removió de sus funciones al presidente de Paraguay tras la realización del juicio político. La defensa del mandatario había pedido desestimar el proceso porque no existen los delitos imputados. La Unasur denunció una ruptura del orden democrático.
Fernando Lugo fue destituido esta tarde como presidente de Paraguay, al cabo de un sumario juicio político que reunió 39 votos a favor de despojarlo de su cargo contra 4 a favor de su absolución y dos abstenciones.
El jefe de Estado siguió su juzgamiento a través de la televisión, en el palacio de Gobierno, y sólo envió a sus abogados, quienes plantearon la inconstitucionalidad del proceso (ver Paraguay, la cocina del golpe, por Alejandra Conti).
En lugar de Lugo asumirá Federico Franco, el vicepresidente, quien ya desde 2007 exhibió diferencias con el ahora destituido presidente.
«Golpe de Estado exprés». Lugo afirmó antes del juicio político que estaba sufriendo «un golpe de Estado exprés» y responsabilizó por esa decisión al empresario Horacio Cartes, precandidato a la Presidencia por el conservador Partido Colorado.
Lugo sostuvo que el supuesto golpe de Estado se orquestó entre la noche del miércoles y la mañana de ayer jueves, lapso en el que los parlamentarios acordaron convocar a un juicio político sin «razón valedera».
Responsabilizó a Cartes y a las fuerzas conservadoras de derecha como autores de este juicio que calificó de inconstitucional por no respetar el debido proceso.