La victoria de los conservadores que defienden el euro en Grecia no trajo tranquilidad a los mercados españoles. Por el contrario, la sombra por la solvencia del país liderado por Mariano Rajoy se posa tanto en la bolsa como en el riesgo país, que rompieron niveles récord.
Al cierre del mercado, el Ibex se desplomaba un 2,96% y retrocedió a los 6.519,9 puntos. El índice de la bolsa madrileña alcanzó así niveles mínimos desde mayo de 2003. Los inversores sobre todo penalizaron los valores bancarios, con Bankia al frente de las pérdidas, al desplomarse un 9,02 por ciento.
La entidad Gamesa tampoco se salvó de los números rojos, pues cayó un 5,59%, mientras que Iberdrola protagonizó el tercer mayor recorte de la jornada (-5,17%). Otros bancos con grandes caídas fueron Bankinter (-4,69%) y Caixabank (-2,32%), segúnEuropa Press.
Además, la presión sobre la deuda pública tampoco se relajó. El riesgo país se disparó hasta los 585,5 puntos básicos, rozando los 600 puntos y colocando la rentabilidad del bono español a 10 años en un 7,18 por ciento. El diferencial entre los bonos españoles y alemanes alcanzó el nivel más alto desde la entrada en vigor del euro en 1999, otro récord que marcó la jornada negra.
Según el diario El país, a pesar de que Europa se ha comprometido a prestar 100.000 millones para sanear los bancos españoles, «los inversores hacen cuentas y dudan de que una economía incapaz de generar ingresos, con un tejido productivo depauperado y sin capacidad exportadora pueda pagar todas las deudas acumuladas».
La rentabilidad del bono por encima del 7% es considerada como el límite de la insostenibilidad. Cuando eso sucede, un país llega a un nivel crítico de financiación. Cuando Grecia, Irlanda y Portugal pidieron su rescate, sus tipos eran del 8,92%, 8,32% y 8,96% respectivamente. A su vez, en las tres naciones europeas el riesgo país se situaba en torno a los 550 puntos básicos.