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En Chile, sigue fuerte la polémica por el guanaco

El SAG impulsa la caza del camélido para controlar su población. El presidente de la Cámara de Turismo lo consideró una “aberración” y pidió por métodos de control de la natalidad para la especie.

(Punta Arenas, abril 25 de 2012/diario La Prensa Austral) – Su indignación con el director nacional del Servicio Agrícola y Ganadero (Sag), Aníbal Ariztía Reyes, quien propuso la cacería turística de guanacos en Tierra del Fuego para controlar la sobrepoblación de estos animales, manifestó ayer, a través de una declaración pública, la Cámara de Turismo de Tierra del Fuego y Estrecho de Magallanes.

Su presidente, Enrique Couve Montané, hizo una férrea defensa de la especie nativa y criticó que en el pasado, nada hicieron las autoridades por evitar los efectos negativos de la introducción de especies exóticas a la isla.

“Nos parece una tremenda aberración el abrir la caza en contra de nuestra poca variedad de animales nativos que poseemos en la isla, sea con fines económicos o de control. Si tenemos que hablar de control de especies, como lo hacemos con nosotros mismos, al hablar de ‘control de natalidad’, lo hacemos sin sufrimiento y evitando el embarazo o matar el feto o a su madre; pero al hablar de especies animales, autorizamos la caza y le ponemos números, tanto a los ejemplares como al provecho económico que queremos redituar de tal barbarie. Esto nos parece más un pensamiento bestial que de homo sapiens, pensando que estamos hoy en el siglo XXI”, señala el comunicado.

Piden atacar otras especies introducidas

“La pregunta que nos salta es ¿por qué con el mismo énfasis no se han atacado las especies introducidas en nuestra isla, como el castor, el jabalí, la rata almizclera, y el visón, desde Argentina, y el zorro chilla y la liebre introducidos desde el continente? Demasiado daño han hecho estas especies foráneas a nuestra isla; se han hecho intentos, a nuestro parecer fallidos y por debajo de toda expectativa. Las poblaciones de estos mamíferos siguen aumentando, haciendo peligrar a las especies endémicas de la Patagonia, ya no sólo de nuestra isla”, agrega el texto.

“Nos gustaría que la gente viera los cisnes de cuello negro muertos en sus nidos, con sus gargantas cercenadas por el visón durante la noche; a las colonias de micromamíferos como el cururo, como ya han desaparecido. Ya no anidan patos ni gansos, como el canquén colorado. Últimamente han atacado a los pingüinos rey recientemente instalados en Bahía Inútil; son mínimos los números de aves y otras especies que hoy están amenazadas en la isla por estas especies introducidas. Pero éstas tienen, al parecer, la ‘ventaja’ de no ser rentables económicamente, si se les caza a manera como lo han hecho con el nativo guanaco, que no produce daño alguno. Desde siempre han convivido el guanaco y el bosque nativo, desde mucho antes de la aparición de los primeros humanos a la isla. Si las forestales alegan que ramonean los árboles y con eso dañan la producción, entonces debieron haber sacado antes bien sus cuentas, por que ese ha sido el proceso natural por miles de años y no se puede pretender crecer económicamente eliminando la flora y fauna nativa del lugar, como sabemos es el caso del puma en el continente y su relación con los estancieros y empresas agrícolas”, sostiene el presidente de la Cámara de Turismo de Tierra del Fuego.

“Nosotros vivimos del turismo y uno de los pocos atractivos de mamíferos terrestres nativos que tenemos, es este único representante de los camélidos sudamericanos en la isla, al cual se le quiere diezmar en forma brutal, corriendo el riesgo, además, de ser visto por los turistas que pretendemos cautivar con lo natural y prístino de nuestra Tierra del Fuego”, prosigue Couve.

“Estamos de acuerdo en controlar y eliminar aquellas especies foráneas, pero no de sacrificar a nuestras especies nativas. Esto no es un problema semántico, es un problema de criterio; es muy diferente controlar por algún método de esterilización, por ejemplo, que sacrificar con un balazo o garrote, como a nuestros perros en la ciudad”, añade.

“El señor director nacional del Servicio Agrícola y Ganadero no entiende de turismo, pero, justamente, lo que más queremos es mostrar cuáles son nuestras especies nativas que hacen la diferencia frente a otros destinos; y no de promover su aniquilación y, menos aún, quedarnos parados mirando cómo avanzan las especies introducidas de otros países que no es interesante mostrar”, concluye la declaración.

“Por último, nos gustaría que ese mismo esfuerzo y gasto de energía lo hicieran para controlar la plaga que han significado los mamíferos introducidos, ojalá, con mayor eficacia que como lo han hecho hasta hora con nuestro nativo guanaco”.