Al visitar Porvenir dijo que el aumento de la población del guanacos -como animal nativo- está protegida por convenciones mundiales, pero recordó que en el pasado eran los selknam (que se vestían y alimentaban del guanaco) quienes hacían un control natural de la especie, al tener un depredador que era el hombre.
“Y hoy día estamos protegiendo al guanaco a nivel mundial, pero ya se nos ‘arrancó de las manos’, y creo que tenemos que proteger también la regeneración de la lenga -por ejemplo- a la cual este animal está provocando daños. Entonces al final tenemos que elegir y buscar un equilibrio. Pero como el guanaco está desequilibrado, hay que ver la manera de bajar la población y eso significa sacrificar”. Esto se lograría con cuotas de caza, aseveró, lo que incluso ayudaría al turismo.
“Capaz que ‘me saquen la mugre’ por lo que voy a decir, pero en una de ésas se pueden organizar cacerías del guanaco con gente que venga de afuera. Sería un panorama por el que los extranjeros pagarían decenas de miles de dólares y dejarían divisas acá. Si aquí no hay dogmas que digan ‘al guanaco hay que protegerlo a ultranza’, porque vemos que nos causa daño y eso nos obliga, como Sag, permitir su captura”, finalizó Ariztía.
En la actualidad hay una cuota de captura que oscila entre los 1.700 y 3 miil ejemplares.