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Anunciaron un concurso de piano para jóvenes de todo el país

El primer Concurso Nacional para Jóvenes Pianistas Argentinos, destinado a músicos de todo el país y que habilitará dos estadías en Varsovia para perfeccionarse en la obra de Frederic Chopin y contratos para la temporada 2013 para ganadores y finalistas.

El pianista Miguel Ángel Estrella, el director nacional de Artes, José Luis Castiñeira de Dios, y la directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, Magdalena Faillace, fueron los encargados de dar a conocer ayer los alcances de este primer concurso que reúne lo académico con lo formativo y lo profesional.

“El objetivo es apoyar la carrera artística profesional de jóvenes pianistas de todo el país, entendiendo que además de estudiar, un pianista tiene que saber tocar en público y a veces es un privilegio muy difícil de encontrar para un músico”, explicó
Castiñeira de Dios a Télam sobre los motivos que impulsaron la creación del certamen.

“La realidad -agregó- es que no es tan sencillo desarrollar una carrera profesional porque normalmente un pianista estudia durante 12 años sin la posibilidad de hacerse un oficio de artista y, luego, si tiene la suerte de poder dar un concierto, esa instancia es demasiada presión para ellos porque es a todo o nada”.

Organizado por la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Delegación Argentina ante la Unesco, la Dirección Nacional de Artes de la Secretaría de Cultura de la Nación y la Fundación Música Esperanza, este concurso está orientado a jóvenes pianistas de todo el país de entre 18 y 30 años.

El Concurso constará de tres etapas: una primera, selectiva que se realizará en todas las provincias del país; a la que seguirá una segunda de tipo regional en la que quedarán clasificados seis finalistas, cada uno por una región del país: NOA, NEA, Centro, Región pampeana (Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires), Cuyo y Patagonia.

En una tercera etapa, los finalistas de cada una de las regiones deberán viajar a la Ciudad de Buenos Aires para participar en la selección final, en la que rendirán una prueba de piano solo y otra con orquesta.

Dos ganadores del concurso obtendrán una beca de estadía en Varsovia para perfeccionarse en el Curso Fryderyk Franciszek Chopin con un maestro especialista en la obra del pianista polaco y a vuelta tendrán contratos para tocar con la Orquesta Sinfónica Nacional.

“Traer este concurso a la Argentina -remarcó Faillace – no sólo nos permite vincularnos con instituciones de excelencia de Europa, sino también difundir nuestra identidad y apoyar el difícil camino que tienen los jóvenes que quieren forjarse un camino en complejo mundo del arte”.

Para la selección, cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires convocarán a través de sus áreas de Cultura a los pianistas postulantes de su jurisdicción para participar en un concurso abierto.

“La idea es hacer converger dos proyectos: por un lado darles este premio final y luego, para todos los finalistas de los concursos regionales, contratos para la temporada próxima para que toquen una cantidad de conciertos por año para que puedan forjar una actividad profesional”, subrayó Faillace.

Es que, por el hecho de haber sido seleccionados, los seis pianistas elegidos en las giras regionales se harán acreedores de una contratación de conciertos para la temporada 2013 organizada por la Dirección Nacional de Artes de la Secretaría de Cultura de la Nación en todo el país.

Pero no sólo eso, sino que también ofrecerán encuentros musicales en lugares carenciados o desfavorecidos como cárceles, hospitales, poblaciones rurales, pueblos originarios, etc.

“Las características más interesantes de este concurso las propuso Miguel Ángel Estrella: una es sobre ese carácter social que tendrán los conciertos anuales y otra sobre el modo de trabajo que va a tener el jurado dentro del concurso”, adelantó Castiñera de Dios.

Al respecto, el pianista explicó que durante su juventud “había que estudiar 10 horas diarias y al momento del concurso o del concierto la sensación era estar frente al mismísimo apocalipsis”.

“Es que a mí -continuó- los jurados no me gustaban, aunque ganara no me gustaba el silencio, el no saber cómo votó cada uno, si estaban de acuerdo o no, si tenían algún favorito de antemano”.

Por eso, en este concurso, los miembros del jurado estarán separados entre sí y le darán a cada candidato una hoja con una reflexión al final de cada audición.

“Cada jurado tiene que poner una nota, entre 1 y 10, además de un comentario sobre la interpretación del pianista, con el objetivo de evitar el apocalipsis, porque cada joven podrá encontrar 5 opiniones distintas que le quitan al jurado ese carácter de tribunal supremo que tiene la verdad, y eso me parece sano”, explicó el pianista y fundador de Música Esperanza.