Rubalcaba obtuvo 487 votos de los delegados, un 51,16 por ciento, mientras que Carme Chacón recibió 465 sufragios, un 48,84 por ciento, tras un largo recuento que mantuvo la incertidumbre hasta pasadas la noche en nuestro país.
Dos delegados emitieron un voto nulo, uno no votó y un tercero votó en blanco – al introducir una papeleta de cada candidato en el sobre – en una votación que contó con inhibidores de frecuencia para evitar filtraciones sobre el resultado.
El ex vicepresidente del Gobierno sucede en la secretaría general a José Luis Rodríguez Zapatero, que abandona la política activa tras once años y medio al frente del PSOE y más de siete como presidente del Gobierno, y se convierte así en el cuarto secretario general socialista de la democracia.
El veterano político cántabro tiene ante sí la colosal tarea de recuperar la confianza de los votantes, después de perder cuatro millones de votos en las últimas elecciones generales, en las que fue candidato, y perder casi todos los gobiernos autonómicos y muchos locales en mayo.
«Hemos tenido una grave derrota. Carme (Chacón) decía que esos millones (de votos perdidos) que están fuera están escuchando lo que les tenemos que decir. Todos están esperando nuestra respuesta», dijo Rubalcaba, que recordó que lo más difícil empieza ahora.
Rubalcaba abogó por presentar un nuevo proyecto lleno de contenido en un partido con 132 años de historia.
«Lo que toca ahora es trabajar. Cuando acabe el plenario tendremos que dirigirnos a los españoles y decirles que hemos puesto las bases de un proyecto nuevo. Eso es lo más importante de este congreso, llenar el partido de proyecto político», dijo.
Rubalcaba instó a iniciar la recuperación socialista en las elecciones autonómicas andaluzas del 25 de marzo, que según las encuestas, el Partido Popular se dispone a ganar, arrebatando al PSOE su último bastión tradicional.
Asturias, que adelantó los comicios después de sólo seis meses de gobierno en minoría de Foro Asturias del ex dirigente del PP Francisco Álvarez Cascos, es el otro territorio que el PSOE aspira a recuperar.
Rubalcaba, cántabro de 60 años, casado sin hijos, químico de formación, atleta en su juventud, muy aficionado al Real Madrid, le avala una dilatada carrera política en Educación, Presidencia, Interior y Vicepresidencia.
El ex ministro es reconocido como un estratega con una gran habilidad para el detalle y un político y negociador muy experimentado. .
En sus años al frente de Interior, contribuyó en gran medida al debilitamiento de ETA, que hace menos de cuatro meses anunció un cese definitivo de su actividad armada.
Ahora, en su nueva tarea como secretario general del PSOE afronta su mayor reto.
«Siento ahora un enorme orgullo y una gran responsabilidad. Me gustaría que cuando me despida del cargo lo haga con el mismo cariño con el que despedisteis a Felipe (González), Joaquín (Almunia) y José Luis (Rodríguez Zapatero). Lo importante no es llegar sino saber salir», dijo recordando a sus antecesores en el cargo.