A pocos minutos de iniciado el show, una de las tarimas que formaban parte del espacio VIP cedió ante el peso y se desplomó. Ubicada a poco más de dos metros de altura, y sobre una barra de bebidas, la viga que sostenía al público se desmoronó. Algunos de los invitados que estaban en esa posición cayeron, generando cierto revuelo entre el público.
La seguridad del lugar y los bomberos lograron rápidamente controlar la situación, evacuar a los pocos heridos y asegurar la plataforma, aunque no sin generar una cierta confusión entre el público del evento.
Tras evacuar parte de las tarimas y desplazar al público a las zonas aseguradas, los asistentes siguieron disfrutando del show.
Según informaron los paramédicos presentes a LA NACION, las personas atendidas en el lugar sólo presentaron golpes menores.
Uno de los testigo, Dante Mensur, indicó: «Había mucha gente. Para mí estaban desbordados los vips». Y agregó, en contacto con TN, que apenas ocurrió se dio intervención a los bomberos y a la asistencia médica en el lugar.
Guetta, convocante
El DJ francés convocó alrededor de diez mil personas en La Caseta, una de las playas del sur de la ciudad, a las que hizo bailar al ritmo de la música electrónica por más de dos horas. La fiesta tuvo un breve paréntesis cuando una de las tarimas que albergaba el sector VIP se desplomó tras la rotura de una viga, que trastocó la noche de todos los participantes, pero no impidió que el show siguiera hasta el final.
A pesar del viento, desde muy temprano se podía ver cómo cientos de jóvenes (y no tanto) hacían cola en la puerta del complejo La Caseta para ver a David Guetta en vivo. La presencia de uno de los exponentes de la música electrónica más relevantes del momento era el motor de tanta expectativa.
Desde las 23.30 el público se fue acomodando poco a poco frente al escenario apostado de frente al mar, sobre la arena mientras un DJ de turno matizaba la espera con algo de música de calentamiento.