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Schoklender acusó a las Madres de financiarse con producto de robos

El ex apoderado de Madres de Plaza de Mayo acaba de sacar un libro, «Sueños postergados», en el que denuncia la existencia de «cajas» negras y critica con dureza a Hebe de Bonafini

Luego de las denuncias en su contra por irregularidades en el programa de construcción de viviendas Sueños Compartidos de las Madres de Plaza de Mayo y de sentir que desde el poder se le «soltaba la mano», Sergio Schoklender decidió de publicar «Sueños postergados».

Además, el ex apoderado de la organización reveló que durante el menemismo la Fundación Madres de Plaza de Mayo se financiaba con robos a negocios y supermercados. Además, contó que en el 2000 planearon secuestrar a Emilio Massera y dio detalles de un supuesto vínculo con las FARC. “Salíamos a recaudar como en los viejos tiempos. Y, choreo. En negocios, en supermercados más bien. Tratábamos de que fuesen lugares que representaran más la concentración oligárquica, no la farmacia de la esquina”, contó en una extensa conversación que Caparrós publicó en su blog con el título “Muerto en vida (Una tarde con Sergio Schoklender)”.

Consultado por radio 10, lo justificó de esta manera: «Es una pequeña anécdota, estamos hablando de una época del menemismo. Está mal visto a la distancia, pero uno no veía otra forma de resistencia». Y dijo que la titular de las Madres estaba al tanto y avalaba todo. «Ella sabía de donde venía, quedaba implícito que el dinero aparecía mágicamente». En la entrevista publicada en el diario El País, Schoklender también reveló un supuesto plan para secuestrar al ex integrante de la Junta Militar de la dictadura: “En 1999, 2000, teníamos todo preparado para ir a secuestrar a Massera: le habíamos hecho inteligencia, sabíamos cómo se movía, por dónde, teníamos todo preparado. Mi fantasía era hacer algo muy parecido a lo que después fue esa película, El secreto de sus ojos, ¿no? Lo agarrábamos y se perdía, nunca más”, recordó. Según su versión, Bonafini se opuso a esa idea. “Al final se demostró que tenía razón, la historia le dio la razón», razonó.

Schoklender dijo, además, que el proyecto de las Madres durante el gobierno de Carlos Menem era hacer «la revolución» y que en ese momento señalaban que «la única salida lógica era la lucha armada”. Y que por eso, en la Universidad de Madres de Plaza de Mayo “guardábamos de todo: pistolas, ametralladoras, granadas, plástico, lo que pidas». En otro tramo de la entrevista, el ex apoderado, acusado de administración fraudulenta y lavado de dinero, dijo que durante los años ’90 había un vínculo con las FARC. Habló de “enviar compañeros para formarse» porque en la organización se analizaba que «la lucha armada era la única salida». No obstante, aseguró que viajó una sola vez a Colombia y que fue para cumplir tareas como abogado.

En el libro, que fue editado por Planeta, el ex apoderado de Madres explica que la inflación y la corrupción pusieron fin al proyecto. Además, denuncia la existencia de cajas en todos los ámbitos del Gobierno.

Lo que sigue son los textuales más escandalosos:

Las cajas «La política gubernamental se financia con la caja del Estado. En la Argentina nadie sabe cómo funcionan el sistema judicial, la obra pública, las contrataciones ni cómo es el verdadero manejo del presupuesto nacional. Hoy, todo lo que sucede en el Congreso es una ficción, todo lo que sucede en términos de obra pública es una ficción. ¿Quién cree que los funcionarios públicos viven de su sueldo nominal? ¿Quién puede creer en la independencia del Poder Judicial del Ejecutivo?»

«El problema principal que tenían los funcionarios del gobierno era que los métodos de la Fundación impedían que parte del dinero cayera en el fondo oscuro de la caja política. Ninguna área del gobierno se maneja con el presupuesto oficial. ¿Cómo se podrían contratar profesionales y funcionarios que cobren el sueldo nominal? Los desvíos son inevitables. Todos están obligados a juntar recursos para tener un buen staff profesional. Se debe crear una caja política a cualquier costo».

«La caja del gobierno podría dividirse en tres cajas básicas. La primera está sustentada por la necesidad real de fondos para sostener a funcionarios cuyos verdaderos sueldos no se blanquean. La segunda es corrupción lisa y llana, caja para que se enriquezcan los De Vido, los Jaime, los López, los Bontempo y toda esa clase de personajes. La tercera es aquella destinada al mantenimiento de las enormes estructuras de las organizaciones sociales que Néstor Kirchner ordenó financiar para poder construir una base social propia».

Néstor Kirchner «Néstor le dio aire fresco a la Federación de Tierra y Vivienda de Luis D’Elía, al Movimiento Evita, a un sector de la Corriente Clasista y Combativa o al Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados de Raúl Castells. No solo les dio planes, subsidios y becas sino que estableció una caja para solventar los gastos que implicaba la movilización».

«Con Néstor vivo, el escándalo de Sueños Compartidos no hubiese ocurrido nunca. El habría salido con los botines de punta a defender el proyecto y, por sobre todas las cosas, a las Madres. Cuando Néstor murió, todo se descalabró».

Cristina Kirchner «Sus grandes enemigos (tras la muerte de Néstor) eran Aníbal Fernández y Alicia Kirchner».

Hebe de Bonafini «Hebe es eso: un gran mito, con momentos de intensa lucidez y protagonismo pero también con enormes flaquezas humanas. Hebe se había instituido en un símbolo valioso para nuestra sociedad. Demasiado valioso. Aunque fuese un símbolo falso, aunque tuviera pies de barro».

«Hebe sabía de toda esta situación (las coimas y los retornos), pero cuando se trataba de confrontar con el gobierno se callaba la boca. Hebe nos dijo que cerráramos el pico. Yo le explicaba que se estaban robando fondos con ese accionar. Hebe respondió: ‘Bueno, ellos necesitan el dinero para moverse o para poder sostener otros proyectos».

«Los caprichos de Hebe: la radio, la editorial, el libro de fotografías de las Madres que costó millones, el auto con chofer en el que se movía, la seguridad, más oficinas, más departamentos. Las necesidades de su hija Alejandra: primero un auto, después otro, computadoras, un departamento de 90 mil dólares y después una casa de 384 mil».

«Hebe había dejado de ser la mujer que viajaba todos los días en colectivo. Ahora era la mujer que no viajaba en avión si no le sacaba un pasaje en primera clase. En sus viajes al Interior se alojaba en hoteles de primera categoría. Su hija Alejandra viajaba por el Caribe cada vez que se sentía deprimida, con dinero que salía directamente de la caja que manejaba Hebe».

«En el 2000 salimos a recaudar fondos de cualquier manera. Y cuando digo de cualquier manera , estoy diciendo que esas acciones implicaban que en cualquier momento, tanto yo como otros compañeros, podíamos terminar presos».