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Irán envió a Siria francotiradores para reprimir

Un desertor del servicio secreto de Damasco confirmó que hace por lo menos dos meses que Teherán prestó sus tropas al régimen de Bashar Al Assad. Relató también las brutales tácticas empleadas contra los opositores.

«Sabíamos que eran de Irán, ya que no se les permitió hablar con ellos y estaban bien lejos de nosotros», informó un ex agente de los servicios secretos sirios que huyó hacia Turquía. El hombre, de 25 años y quien pidió mantenerse en el anonimato, arrojó más certezas sobre las sospechas de que el régimen de Mahmoud Ahmadinejad colabora con la sangrienta represión de Bashar Al Assad en su país, que ya causó más de 2.000 muertes.

A lo largo de los cinco meses que lleva el conflicto en Siria, varias son las denuncias respecto a la cooperación de Teherán con Damasco a través del préstamo de armamento y entrenamiento militar. Dichas presunciones se ven alimentadas con el apoyo cotidiano que funcionarios iraníes expresan al régimen, pero también con hechos concretos: en medio del conflicto, financiará una base militar en la ciudad de Lataqieh.

Según el testimonio del ex agente sirio, al cual tuvo acceso el sitio de noticias The Scotsman, las tropas iraníes han sido una parte clave del incremento de los ataques en las primeras semanas de agosto contra los manifestantes prodemocráticos, que claman por mayores libertades y respeto a los derechos humanos. Éstos han incluido el uso de tanques e incluso naves de la Marina. Aunque participó de varios operativos junto a ellos en la capital, no dio precisiones sobre qué tipo de tareas se les ha encomendado a los francotiradores.

El hombre relató, además, que las tácticas que utiliza el régimen para perseguir y amedrentar a los opositores incluyen dejar a mujeres desnudas caminando por las calles o disparar abiertamente contra grupos de gente. Confesó también haber matado él mismo prisioneros y manifestantes.

El régimen de Ahmadinejad se ha convertido en el único aliado que mantiene Damasco, en momentos en que la presión internacional crece y deja a Assad cada vez más aislado. La mayoría de los países del Golfo dejó atrás de sus reservas y en los últimos días condenó firmemente la violencia. También lo hizo el gobierno turco, que hasta entonces había mantenido cierta cautela.

Alaeddin Boroujerdi, jefe del comité de Asuntos Exteriores del Parlamento iraní, dijo esta semana que terminar el apoyo de Siria sería un desastre. «Los intereses de los musulmanes requieren que nos movilicemos para apoyar a Siria como un centro de la resistencia palestina», dijo.