Ni el discurso de Barack Obama y el acuerdo para elevar el techo de deuda de Estados Unidos pudieron evitar que se hundieran los principales índices bursátiles de Nueva York y Europa. Las señales políticas emitidas desde la Casa Blanca para evitar el default y reducir el déficit presupuestario alcanzaron para corregir las malas proyecciones sobre el crecimiento económico estadounidense.
En síntesis, las bajas registradas esta última semana en Wall Street y el Viejo Continento fueron suficientemente contundentes para perder todo lo ganado en los seis primeros meses del año: esto fomentó la desconfianza de los inversores “que salen de compras en la Bolsa”.
Wall Street vive su peor racha negativa desde octubre de 2008. Al cierre de la sesión del martes, el Dow Jones consolidó su octava jornada a la baja tras caer 2,19% hasta los 11.866,62 puntos. El SP500 [considerado el más representativo] caía un 2,56%, hasta los 1.254,04 puntos, lo que le hace entrar en pérdidas anuales. El tecnológico Nasdaq perdió un 2,75%, hasta las 2.669,24 unidades.
Nueva York, la principal plaza bursátil del mundo, no encontró aliados para decantarse por las compras lo que le lleva a cotizar en mínimos del año. Los inversores optan por seguir vendiendo ante la posibilidad de que Estados Unidos pueda entrar en recesión tal y como indican los malos datos económicos conocidos durante las últimas jornadas.
Datos económicos
El lunes Wall Street conoció dos índices negativos: el crecimiento del PBI de Estados Unidos se está ralentizando durante el segundo trimeste y en julio cayeron las compras de bienes industriales durables (representativos del nivel industril). Este martes por la mañana se desayunó con otro peor: por primera vez desde 2009, el gasto de los consumidores cayó 0,2% en julio (cuando todos los analistas esperaban un alza de 0,1%).
El oro fue refugio
Mientras la renta variable pierde atractivo día a día, el oro gana adeptos. Los inversores se decantan por valores refugio como el metal amarillo, que ya roza los 1.660 dólares la onza, tras revalorizarse 1% y marcar un nuevo récord histórico.
En cambio, el crudo sufre otro fuerte correctivo y cotiza en mínimos de las últimas cinco semanas. El barril de Texas, de referencia en Estados Unidos, se bajó 1,13% y terminó por debajo de los U$S 94. El barril de Brent, su homólogo europeo, minimizó las pérdidas y cerró en U$S 116,5 dólares, tras ceder un 0,3%.
Fuente: Perfil