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Se confirmó que Marcela y Felipe no son hijos de las familias querellantes

El cruzamiento de las muestras de ADN de los hermanos Herrera de Noble con los demandantes no arrojó coincidencias; aún no confirmaron cómo seguirán los estudios con el resto del banco de datos.

Un examen realizado en el Banco Nacional de Datos Genéticos confirmó que Marcela y Felipe Noble Herrera no son hijos de las dos familias querellantes, Miranda-Lanoscou y García Gualdero, que reclamaban la paternidad de los dos jóvenes.

El examen se hizo esta mañana, en el Hospital Durand, donde se comparó el material genético de Marcela y Felipe -que se habían extraído sangre y saliva- con el de esas dos familias que vienen impulsando la causa desde hace diez años: el resultado de dio negativo y se confirmó lo que siempre sostuvo Ernestina Herrera de Noble.

Ahora, cabe pasar al segundo paso: comparar el material genético de Marcela y Felipe contra todos los perfiles que están en el BNDG, como siempre lo pidió la organización Abuelas de Plaza de Mayo y también lo aceptaron, el mes último, Marcela y Felipe, que consintieron realizar voluntariamente el examen compulsivo que había ordenado realizar la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

Pero, por pedido de Belén Cardozo, la actual directora del BNDG, el segundo paso del examen debió suspenderse, porque la jueza Arroyo Salgado había ordenado realizar el cotejo contra todas personas nacidas en 1976 (año en el que nacieron Marcela y Felipe) y, tal como están registrados en el BNDG, no es posible individualizar cuáles muestras corresponden a esa fecha.

La jueza Arroyo Salgado había ordenado realizar el examen en varios pasos. El primero se cumplió ayer: se contrastaron las muestras con las dejadas por dos familias querellantes en la causa, los Lanoscou-Miranda y los Gualdero-Garcia.

Estos cruces de ADN dieron negativo y por eso la magistrada dispondrá que, mañana o el miércoles, sigan los cotejos con muestras dejadas por familiares de secuestrados en la dictadura entre 1975 y 1976 y que buscan bebés nacidos en centros clandestinos de detención en esos años. Esa es la segunda etapa del procedimiento de comparación ordenado por la magistrada.

De todas maneras, no se descarta que la jueza pueda demorar el examen que, descuentan muchas fuentes, comprobará que Marcela y Felipe no son hijos de desaparecidos, algo que contradice la versión sostenida desde el Gobierno.

En el trámite estuvieron presentes la jueza Arroyo Salgado, la fiscal Rita Molina, los peritos de todas las partes y se presentaron planteos relativos a la seguridad de las pruebas y la conservación de las muestras que deben ser respondidos antes de proseguir con los cotejos, por lo cual se prevé que mañana o a más tardar el miércoles continuarán los estudios.

La magistrada también dispuso que las muestras de Marcela y Felipe queden en el BNDG, para futuros cruces con nuevas familias que dejen su perfil de ADN en busca de recién nacidos.

Las dos familias querellantes se presentaron en la causa luego de la denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo con la sospecha de que Marcela, en el caso Lanoscou-Miranda, podría ser Matilde, la beba robada de la casa de sus padres en la localidad bonaerense de Acassusso durante un ataque en el que fueron asesinados ambos, Roberto Lanuscou y Barbara Miranda y sus otros dos hijos Robertito y Barbarita, de 4 y 6 años el 3 de setiembre de 1976.

En el caso de los Gualdero-García, buscan a su nieto perdido, un varón nacido luego de que su mamá, María del Carmen Gualdero, fue secuestrada en la calle el 8 de junio de 1976 a punto de dar a luz mientras que su padre, Ernesto García, había sido asesinado en 1975.

Ahora se comprobó que Marcela y Felipe no son hijos de esas dos familias.