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Coplanacu celebró sus 25 años en “El camino”

El Dúo Coplanacu, conformado por Julio Paz en bombo y voz y Roberto Cantos en guitarra y voz, arrimó anoche a la renovada sala del Sha en Buenos Aires, una festiva celebración por 25 años de historia que resume en la edición de un cd doble y un dvd que tituló “El camino”.

“Nunca le hemos dado mucha bola a los aniversarios, pero la gente te pone en el lugar de pensar qué has hecho en todos estos años y entonces uno debe encarar algún tipo de balance como para contar lo que ha hecho”, comentó Cantos en una charla con Télam anterior al recital.

El cantante y guitarrista apuntó que entre la publicación de “El camino” y estos conciertos con los que Coplanacu sigue recorriendo la Argentina “elaboramos un `desenredo` de todo este tiempo que en definitiva ha tenido cosas maravillosas”.

“Lo mejor de todo -redondeó el músico- es que nos permite aprender que no hemos llegado a ningún lado y que lo mejor es seguir en el camino”.

Cantos fundamentó esa visión del Dúo a una naturalidad que se ejerce más que se declama y que explicó a partir de señalar que “nosotros siempre nos hemos ocupado de formar parte de la gente común y hemos disfrutado y padecido del mismo modo que el resto de las personas que vive en nuestro país”.

Yendo a lo específico del arte que cultivan con inspiración y consecuencia, puntualizó que “hemos podido zafar cuando el folclore se ha puesto de moda y mantener nuestra vigencia en los tiempos donde estuvo ninguneado”.

A la hora de la música y por espacio de casi dos horas, la dupla Paz-Cantos fue secundada por el bandoneón de Omar Peralta y el violín de Julio Gutiérrez para recorrer buena parte de su extenso y variado repertorio compuesto por chacareras, zambas, gatos, escondidos y hasta algún que chamamé.

De la mano de esos géneros nativos que Coplanacu asume con hondura y simpleza, volvió a provocar la euforia en sus seguidores que hasta se animaron al baile y por momentos convirtieron al teatro en una peña.

Al calor de una singular peña-teatral, se fueron desgranando temas como «Por la costa del Salado», «La olvidada», «Santiago chango moreno», «Salavina», «La flor azul», «Canción de fuego», «Igual que pájaro herido», «Como flor de campo» y «Alma challuera».

Otras canciones que desfilaron a lo largo de la velada fueron «El quenero» (tema que el recordado Jacinto Piedra le dedicó a Jorge Cumbo), la vidala chayera «La vida mía», la bella zamba «Mientras bailas» y el escondido «Aunque te escondas».Ya en el final de la noche, llegaron otras piezas emblemáticas del repertorio del Dúo como «Corría, corría, corría», «Agitando pañuelos», «Escondido de la alabanza» y «Algarrobo, algarrobal».

Ese puñado de canciones más otras que tienen que ver con el sentir y las formas de Coplanacu integran la edición de “El camino” que suma los aportes especiales de Luis Salinas, Raúl Barboza, Arbolito, Raly Barrionuevo, Verónica Condomí, Carabajales, Chango Spasiuk, Los Manseros Santiagueños, Melania Pérez, Chango Farías Gómez y Raúl Carnota, entre otros.

“Lo de los invitados tiene mucho valor artístico porque son músicos muy talentosos que aportaron una sensibilidad que disfrutamos por el cariño y por la entrega”, subarayó Cantos al retomar la palabra.

De esa selección de participantes que nutrieron las melodías de piezas de la talla de “Canción de fuego”, “Casamiento de negros”, “Rubia Moreno”, “La cruzadita”, “Retiro al norte”, “Vidala sin monte” y “Peregrinos”, Roberto lamentó la ausencia de León Greco “que nos quedó afuera y no pudimos acomodar las cosas para que fuera parte”.

De cara al futuro inmediato del Dúo Coplanacu y además de otras próximas presentaciones previstas en Catamarca, Rosario y Tucumán, aseguró que “vamos a hacer todo lo posible por volver a hacer la peña en Cosquín que este año no pudimos armar”.

La peña de los Copla es uno de los ámbitos esenciales del Festival de Cosquín ya que da espacio y cobijo a expresiones folclóricas que muchas veces no tienen lugar protagónico en la Plaza Prósper Molina pero que allí se ponen en comunicación con un público ávido por conocerlas y disfrutarlas.

“El de la peña es un espacio que aunque lo organizamos nosotros le pertenece a muy mucha gente y su espíritu y su política no pasa por cobrar entradas carísimas. Para el 2012 queremos redimensionarla para que pueda seguir existiendo con la misma impronta”, explicó el compositor e intérprete.