Cristina Kirchner pateó el tablero y está dispuesta a ir a fondo contra la “corporación sindical”. Se lo pidió por las buenas la semana pasada, pero encontró como respuesta un bloqueo de Pablo Moyano a las destilerías metropolitanas, una medida de fuerza en Aerolíneas Argentinas, bloqueos a yacimientos en Santa Cruz y pedidos “desmedidos” en paritarias.
El jueves dio la estocada durante un acto en José C. Paz. No los nombró, pero los describió con pelos y señales. “Aquellos que obtuvieron muy buenos salarios y que piensan sólo en sus afiliados”, embistió. Lo que pareció un discurso espontáneo fue en realidad una alocución preparada párrafo por párrafo. Con la asistencia del secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, la Presidenta entendió que era ahora, y no después de octubre, el momento de dar la batalla contra Hugo Moyano. Por varias razones. El líder de la CGT pretende duplicar el poder que consiguió en estos ocho años, exige la redistribución de miles de millones de pesos a las obras sociales (que el Gobierno retiene) y la incorporación de trabajadores a las listas y las fórmulas.
Cristina entendió, también, que con el ataque al sindicalismo se meterá en el bolsillo a la clase media. Analizó, además, que Moyano tampoco tiene respaldo pleno dentro de la CGT. ¿Pero hasta dónde está dispuesta a avanzar CFK? “Va a ir a fondo, el único que tiene para perder acá es Moyano. Con el único modelo que se beneficia es con este”, explicó el vocero de un ministro importante del Ejecutivo.
En la Casa Rosada barajan alternativas si es que Moyano –y otros sindicalistas– decide reaccionar a la embestida presidencial. La intervención de sindicatos, incluso del Confederal de la CGT –para, en el mejor de los casos, adelantar las elecciones de la central–, denunciar los bloqueos ante la Justicia y soltarle la mano al dirigente en las causas judiciales.
“Se está discutiendo en el Gobierno presentar una denuncia contra los bloqueos contra los yacimientos, porque se considera que desabastecer de combustible al país es un delito. Si hacen eso, van a pedir la detención de los responsables”, confió a PERFIL una fuente de la Rosada.
Después del discurso de CFK, uno de los gremios hasta ahora aliados de Moyano entendió el mensaje. La UOM, de Antonio Caló, se reunió con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para negociar un aumento para el sector. Había arrancado con aspiraciones de hasta un 40 por ciento. “Pero bajaron las pretensiones, pidieron tender puentes de diálogo y continuar la semana que viene”, precisó una fuente que siguió la reunión de cerca.
“El mensaje de Cristina no fue sólo a Moyano. Está sumamente molesta con el paro petrolero en el sur y sabe que un grupo de gremios no está cerrando paritarias que pueden terminar en paro, como las de la UOM, Alimentación y Bancarios”, confió un
dirigente con buen diálogo con CFK.
El miércoles, un día antes del discurso rabioso de la jefa de Estado, ella y Tomada recibieron al titular de la Uocra, Gerardo Martínez, a quien en el Gobierno ven con buenos ojos para reemplazar a Moyano. “Cristina tiene incluso una relación afectiva con Gerardo, hablan y se entienden”, aseguró uno de los “Gordos”.
Los Gordos enviaron gestos a la Rosada pero esperan una devolución. “Tienen que darnos gestos concretos, como convocarnos a una reunión. La única forma de contener a Moyano es forzarlo a compartir la toma de decisiones en la CGT con el resto de los sectores gremiales”, aseguran.
Hace un par de semanas, Zannini mantuvo conversaciones con los sindicalistas enfrentados a Moyano, los Gordos y los barrionuevistas, y con los “independientes”, aliados circunstanciales del camionero. Se reunieron para discutir el futuro de la CGT con el beneplácito de Zannini, pero también con el del ministro Julio De Vido, confiaron a PERFIL miembros de ese mitin.
“En el Gobierno están cansados. La cuestión acá es qué hace la Presidenta con el monstruo que construyeron”, definió un dirigente sindical.
Tomada charló ayer durante un largo rato con la Presidenta. Cristina le aclaró que no se dejará correr por los sindicatos. En el entorno del ministro aclararon que, igual, no esperan que la sangre llegue al río, sino que el objetivo es “domesticar” a Moyano.
“Moyano no entiende la lógica de Cristina. Desde que murió Néstor, con quien manejaba la relación de poder, quedó descolocado. No se da cuenta de que Cristina va a jugar a fondo, mucho más que Néstor. Además, ella nunca lo quiso”, explicó una fuente de Trabajo. “Quiere empezar su segundo mandato sin ningún tipo de condicionamientos”, afirmaron voceros de
la Rosada.
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Cristina quiere quitarle todo el poder a Moyano si no cede con los bloqueos
Entre otras medidas, analiza la intervención del Confederal de la CGT y tipificar como delito el desabastecimiento de combustible. No sólo apunta al camionero en su embestida.