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Después de Juana Viale: La industria del chisme, el negocio amarillo

La industria del chime es un fenómeno global. Hay gente que desea conocer qué les pasa a los famosos y medios dispuestos a indagar sin importar los costos porque, en definitiva, siempre hay rentabilidad.

 La tragedia de Juana Viale fue el capítulo previsible de una sucesión de acontecimientos escandalosos de los que participaron los protagonistas, la llamada ‘prensa especializada‘ (en verdad, especialistas en chimentos, rumores y filtraciones sobre los famosos), la familia de ella y la opinión pública, que consume con devoción esas noticias.

No es una casualidad que Jorge Rial, conductor de Intrusos, por América 2; creador de la web Primiciasya y de la revista Paparazzi, ilustre la portada de la revista Noticias de la Semana en circulación, aún cuando el objetivo de la nota es mejorar la imagen de Rial, en especial luego del episodio Viale. Rial deja el rol de ‘chimentero’ a su socio Luis Ventura, y él prefiere escalar en la senda de conductor de Gran Hermano 2011, aunque eso es marketing más que realidad.
 
La nota de tapa comienza así: «Es hora de empezar a juntar guita”, le dijo Jorge Rial a su mujer y socia Silvia D’Auro hace cuatro años. La frase, que el propio Rial recuerda ahora ante NOTICIAS, cambió la historia profesional de este hombre. Porque ese objetivo, en principio materialista, esconde otro más ambicioso: la transformación del chimentero, ese perfil corrosivo y, por momentos, inescrupuloso que supo forjarse, a un estilo de infotainer más sofisticado. No lo dirá, pero es evidente: quiere ser un empresario influyente, que pueda codearse con el poder y que, además, su personaje adquiera la dimensión de showman más integral. (…)».
 
Pero Rial es el más conocido de una generación de periodistas mal llamados de Espectáculos ya que en verdad ellos se dedican a las cuestiones de la llamada «farándula», especialidad iniciada por Lucho Avilés y que en la TV supo aprovechar Héctor Ricardo García en el viejo Teleonce.
 
Lo que ocurre hoy día es que el género se encuentra casi generalizado (los canales 2, 9, 11 y 13 tienen sus respectivos programas, y además las señales de circuito cerrado como Magazine y Crónica, y los temas aparecen a diario en los canales ‘de noticias’ como 26, TN y C5N. La «farándula» es parte de la agenda cotidiana. Hay diarios que les dedican secciones específicas de mucha lectura, como La Pavada, en Crónica. Y es tema frecuente de portada en Diario Popular, Libre y Muy. Y todas las radios circulan esas informaciones).
 
Pero Rial es el más conocido de todos, aunque ahora quiera ser algo más que un «chimentero». Habrá que evaluar qué opina su público. Y el que no es su público y debe conquistar si quiere elevarse un escalón.
 
Pero el tema es un fenómeno millonario global. Lo abordó The New York Times hace algunos días.
 
La traducción y el compacto es de El Puerco Espin:
 
A fines de julio de 2010, la Policía de Southampton, Nueva York, acusó a Michael Lohan, padre de la actriz Lindsay Lohan, de haber apremiado físicamente a su prometida. 

Cuando la noticia llegó al website de chismes TMZ, Lohan se encontraba en la Sunset Tower de Los Angeles; había estado en el circuito de entrevistas en los medios hablando sobre el encarcelamiento de su hija por el crimen de conducir borracha.

Lohan no fue más remilgado acerca de sus propios problemas legales. En su cuarto de hotel y el pasillo zumbaban vertiginosas negociaciones –tanto él como su entorno, que incluía a dos robustos y enjoyados guardaespaldas, realizaban las transacciones con la puerta abierta. 

Todo podía ser oído por cualquiera que pasara –o, por coincidencia, por un reportero del New York Times que se hallaba en el cuarto de al lado.

Un asociado de Lohan repasó el plan: desatar una guerra de ofertas entre TMZ y su rival, el website Radar, por la versión de Lohan y por unas grabaciones embarazosas de su prometida, Kate Mayork, que decía poseer. “Lo que tenés que hacer es monetizar esto”, decía el asociado, y añadió: “Lo que tenés que buscar es que paguen por la exclusividad”.

Por cierto, Radar publicó cuatro posts “exclusivos” en los que citaba a Lohan negando las acusaciones y amenazando con publicar las grabaciones de Major.

Así es como funciona el nuevo mundo del chisme de veinticuatro horas continuas, en el que incluso el enredo legal de una celebridad clase B puede ser manipulada para hacer dinero fácil, alimentando el apetito aparentemente inacabable del público por los trapos sucios de los famosos.

Una constelación creciente de websites, revistas y programas de televisión atienden esta industria minuto a minuto, creando un río de dinero para los secretos de las estrellas o cuasi-estrellas.

Un análisis de las estimaciones de publicidad de estas publicaciones muestran que la corriente de ingreso alcanza ya más de US$ 3.000 millones al año, lo que ha llevado a la industria del chisme a sacar a la luz trivialidades salaces en una escala no vista desde que los tribunales de California cerraron las páginas de escándalos en los años ’50.


Esta industria golpeó con más fuerza la semana pasada, cuando se supo que el ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, había tenido un hijo con el ama de llaves de su familia.

Radar fue el primero en revelar la identidad de la madre, en un informe conjunto con la revista Star.

Rápidamente TMZ inundó su sitio con fotografías de ella. Varias publicaciones de chismes estaban preparadas para ofrecer mucho dinero por cualquier video o fotografía de la amante.


El viernes, TMZ posteó el documento más confidencial del affaire: la planilla de banco que firmó Schwarzenegger el año pasado para darle el primer pago para una casa.

“No sé quién lo obtuvo ni cómo lo obtuvo”, declaró el oficial de hipotecas involucrado en la venta, David Rodríguez.

Este tráfico de secretos tiene su propio reparto de estrellas y maravillas de un momento, intermediarios que apuestan alto e intrigantes de baja estofa, muchos de los cuales siguen un sistema fluido de reglas que no siempre se compadecen con las leyes estatales o federales, sin mencionar las de parentesco o amistad.

Hay un creciente esfuerzo por detener el flujo de información privada. En los últimos años, un equipo del Departamento de Justicia federal con oficina en Los Angeles ha conducido una amplia investigación sobre la filtración de los registros de salud de los famosos y otros archivos confidenciales, de acuerdo con funcionarios intervinientes. Trabajando en secreto, han indagado en casos que involucraban a Tiger Woods, Britney Spears y Farrah Fawcett, entre otros.

Esa pesquisa es sólo una de al menos seis para determinar si trabajadores de hospitales, la oficina forense y el Departamento de Policía han aceptado dinero a cambio de información privada, según las fuentes, muchas de las cuales hablaron a condición de mantener su anonimato.

Pero el pago a menudo se realiza en efectivo, lo que vuelve difícil rastrearlo, dicen los investigadores, y las nuevas leyes destinadas a cerrar este geyser de información, muchas de ellas promovidas por Schwarzenegger, apenas han servido. “A veces, creo que estamos perdiendo”, declaró un investigador.

Cada vez más las celebridades son algo más que víctimas. Por si hubiera pocas personalidades de alto perfil en rehabilitación, enfrentando cargos o –a la Charlie Sheen— en exhibición pública de su descalabro, una pila de estrellas de reality shows, ex estrellas de reality shows y posibles estrellas de reality shows han llenado el bache con trucos propios para atraer la atención.

Algunos han violado la ley –como la pareja de Colorado que denunció falsamente que su hijo estaba flotando, perdido, en un globo de helio—o, como sospechan a veces las autoridades, han fingido violar la ley para crear historias vendibles, montando supuestos enfrentamientos físicos o peleas domésticas.

En al menos un caso, una investigación criminal se volvió parte de un show. Después de que fiscales de Utah abrieran una investigación de bigamia sobre la familia Brown del programa de TLC “Sister Wives” (Esposas Hermanas) —un hombre, cuatro mjeres y 16 niños—, el clan se mudó a Nevada. El escape se realizó en tiempo real en TMZ, en un episodio listo para ser exhibido el domingo por la noche.

Algunos oficiales de la ley que manejaron la queja criminal en Southampton contra Lohan se preguntaron si podrían haber jugado un papel menor en un guiòn interminable que los Lohan estaban escribiendo sobre sí mismos. Después de todo, observó un oficial en una entrevista, el supuesto apremio físico tuvo lugar en la casa en que Lohan y su prometida, Major, estaban filmando un futuro reality show llamado “Celebrity House NY.”

El informe del incidente de Major, que no estaba disponible en forma pública, encontró su camino hacia TMZ, y los fotógrafos del website justo la encontraron cuando dejaba las oficinas de su abogado en Manhattan.

“Te deja pensando”, declaró el oficial después de que Major desistió de su acusación.

TMZ y Radar han desenterrado tantos documentos criminales y de salud confidenciales acerca de los Lohan que el juez Keith L. Schwartz de la Corte Superior de Los Angeles expresó, frustrado, su maravilla: “Quizás deberían engancharse en la CIA” (…).

La pantalla de la computadora brilló mientras David Perel, el editor a cargo de Radar Online, trabajaba desde la oficina a oscuras en su casa de Delray Beach, Florida. Los reporteros estaban colgando un torrente de artículos –uno sobre la amputación de la pierna derecha de la actriz Zsa Zsa Gabor; otro sobre Charlie Sheen retozando con escorts; y una entrevista con la ex estrella de baseball Lenny Dykstra, en la cual se defendía de las acusaciones de una ex estrella porno de que le había pagado por su “compañía” con un cheque falso.

“Un día lento”, observó Perel (…) Postear más de 30 artículos exclusivos por día es común. Estamos tratando de construir lo que llaman adictos online”, dijo.

TMZ, propiedad de Time Warner, creó el modelo en 2005, levantando el negocio de noticias de entretenimiento al probar que existe una enorme audiencia para una continua actualización de chismes. Su fundación siguió a la aparición de unas “celeb-utantes” expertas, como Paris Hilton, que estaban felices de invitar a paparazzi elegidos para rastrear cada uno de sus movimientos –fueran a un raid de compras o un arresto por conducir ebrias.

“Estaba basado en la reality-TV”, indicó Stephen Lenehan, un veterano del negocio de las agencias de fotografía. “Se puede vivir con las celebridades minuto a minuto”.

(…) Es difícil categorizar a Jenelle Evans. Para la Policía de Oak Island, N.C., es una persona más sospechada de romper la ley por el negocio del chisme.

Evans era una estudiante de secundaria anónima hasta que su embarazo le ganó papeles en “16 and Pregnant” y “Teen Mom 2”, de MTV. En marzo pasado, estuvo involucrada en una pelea en la que arrojó a una joven al piso y la golpeó en la cara. Evans y una amiga se acusaron mutualmente de vender a la agencia de fotografías SplashNews una grabación de la pelea, que luego apareció en TMZ.

Greg Jordan, segundo jefe del Departamento de la Policía de Oak Island que arrestó a Evans por pelear en público, dijo que habían empezado a investigar si la pelea fue instigada para aprovechar la relativa fama de Evans y si las publicaciones que manipularon la grabación podrían ser culpables.

(…) El Departamento Forense de Los Angeles ha investigado dos filtraciones mayores: el reporte preliminar de la autopsia de la actriz Brittany Murphy en diciembre de 2009 y el certificado de muerte preliminar de Michael Jackson.

“He aquí lo que enfrentamos: las ofertas por fotografías de Michael Jackson en nuestro edificio eran de US$ 2 millones del día después de que murió”, indicó Ed Winter, el segundo al mando. “Tuvimos que cerrar el acceso público al edificio. Teníamos gente literalmente trepando la reja de atrás, tratando de irrumpir y aferrar lo que pudieran” (…).